Una mezcla de sensaciones invade a los mercados en estos días. Por un lado, los países más afectados por la crisis sanitaria comienzan a flexibilizar las restricciones a la circulación de personas, lo cual es sumamente positivo. Pero las consecuencias que la crisis está dejando también comienzan a sentirse a pleno desde ahora.
Para muchos, la crisis ya data de varias semanas, aunque las cifras dramáticas llegan en este mes de mayo recién comenzado, con los informes de abril. Ya el viernes pasado, la encuesta de manufacturas ISM arrojó una durísima caída a 41.5 puntos, muy lejos de los 50 que marcan expansión del sector, aunque no tan negativo como se esperaba, en 36 puntos. La cifra, que finalmente abarca solo al 15% del PBI de Estados Unidos, puede ser el preludio de dos que llegan esta semana, y que sí tendrán un fuerte impacto en la economía.
Pero la cifra realmente dramática es la de empleos. Para el mundo, las peticiones semanales de subsidio por desempleo se trataban de un dato prácticamente desconocido. Durante varios años, para los mercados pasaban desapercibidas. Sin embargo, desde el mes pasado, nada menos que 30 millones de personas solicitaron un subsidio, que implica, en definitiva, pérdida de empleo.
El viernes será el día en que se conocerán las cifras de abril, que podrían arrojar más de 20 millones de empleos perdidos, teniendo en cuenta que la encuesta no llega hasta fin de mes, sino hasta mediados del mismo. Ello explica la diferencia entre los pedidos de subsidio y el dato que se publicará el próximo viernes. Y si algo le falta a este informe, la tasa de desempleo subiría al 14%, un número insólito y que ni en los peores momentos de crisis alguna podría imaginarse, al menos en las últimas décadas.
También se conocerán datos de empleo en Canadá, con caídas similares aunque, claro, más modestas, tratándose de un país de población mucho menor que Estados Unidos.
Con este panorama se inicia una semana importante. La bolsa de Nueva York inició mayo con una baja importante, aún cuando algunos de sus índices completaron su mejor semana en varios años. Este tipo de estadísticas son engañosas: cuando un índice crece, por ejemplo, un 20%, pero viene de una caída muy fuerte, el alza solo alcanza a cubrir parte de sus pérdidas. Pero números son números, y siempre hay que ver quien los emite y cuales son los intereses en juego.
En el mercado de divisas, el euro y la libra finalizaron abril e iniciaron mayo al alza, aunque sin motivos profundos. Tan solo la idea de algunos países de reabrir sus economías puede darle impulso a las monedas del viejo continente, en detrimento de un dólar que no acierta a encontrar una tendencia clara de corto plazo. Cae y crece alternativamente ante las divisas principales en función de las noticias que las afectan, y el billete no logra dominar la situación.
Habrá que analizar también el comportamiento del oro y el petróleo. El metal precioso cambió de equipo, y ahora se mueve en línea con los índices bursátiles, cubriendo ganancias que, aunque cuantiosas, son débiles en fundamentos. El petróleo revive, con esfuerzo, y ha dejado de ser el título obligado en portales de noticias. Volverá a serlo después del día 15, cuando se acerquen los vencimientos de los contratos de futuro de mayo, que lo llevaron a valores negativos hace dos semanas, hecho que jamás había ocurrido. La reducción de la producción global, del 10% y que rige desde el viernes pasado, sumada a un ligero incremento de la demanda, podría aliviar más sus caídas de abril, y estabilizar su precio. Si esto sucede, las divisas latinoamericanas también se tomarán un descanso en su vertical caída de los últimos dos meses.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College