¡LOCURA TOTAL! Nunca se ha visto nada igual en la historia. Factores técnicos se han unido con aspectos fundamentales. El resultado, una bestia infernal, nunca vista. Los vendedores de petróleo pagaron ayer por quitárselo de encima y el futuro del WTI se negoció a MENOS $ 37 dólares por barril. Ha sido el debate de las últimas semanas y no es broma de mal gusto. Los futuros ya están a precios negativos por primera vez a medida que la demanda de petróleo se derrumba, no hay capacidad para seguir almacenando más en Estados Unidos y hoy vencen los futuros. Es el petróleo WTI con denominación de EE UU, que tiene menos peso que el Brent, el que sirve de referencia. Pero la aceleración de la caída y el hecho de que te paguen los operadores por almacenarlo es algo inédito. Es una locura, pero también es un miedo enorme al futuro, que ya está aquí. Se trata, no obstante, de futuros, que vencen hoy, con lo que la recuperación del precio puede ser a la inversa. A primera hora el West Texas de mayo cotizaba en el entorno de un dólar. No obstante, el precio del contrato de junio rondaba los 21 dólares, hasta que cae a mediodía el 10 %, señal del temor del mercado a que no haya capacidad inmediata para dar salida al petróleo de entrega inmediata, con los tanques llenos y las refinerías recortando producción por la crisis del coronavirus.
El Brent, crudo de referencia en Europa, avanza esta mañana un 0,7%, tras una noche de locura en el mercado de EE UU. La demanda china se recupera y el mercado está más equilibrado a este lado del Atlántico. Los analistas de Goldman Sachs esperan que el contrato de junio del WTI registre menos presión, y un «violento reequilibrio» en la producción americana.
@Sefuelix lo explica a la perfección: Que nadie piense que el límite es cero. La CFTC no ha tomado medidas drásticas, como hizo hace poco con el vencimiento del contrato de futuros de oro, por eso vemos precios negativos. La ausencia de espacio para almacenar ha sido clave. No sólo no ha parado en cero el precio del WTI. Se han llegado a pagar 40 USD/barril al comprador porque se quede con el petróleo. Es clave para esta situación el hecho de que el comprador sea quien elige cómo y dónde se entrega el petróleo en el mes de mayo de este vencimiento.
La entrega debe ser realizada en Cushcing, Oklahoma o en un oleoducto con acceso a la red que comunica con Cushing.
Aquí tienen las especificaciones del contrato: https://www.cmegroup.com/trading/energy/crude-oil/light-sweet-crude_contract_specifications.html. Busquen: delivery procedure
Un efecto colateral importante de la crisis del petróleo es la cantidad de préstamos en riesgo para las entidades financieras americanas. Nada menos que 70.000 millones de dólares.
Paul Sankey, analista de Mizuho Securities, fue muy criticado hace unas semanas cuando llegó a plantear un escenario que parecía, cuando menos, extremo: una eventual caída del precio del petróleo a cero dólares, o incluso a precios negativos.
Señalaba entonces que el shock sin precedentes que causaría el parón por el coronavirus en la demanda de crudo provocaría que unos 20 millones de barriles al día no encontraran destinatario, el equivalente a cerca del 20% de la producción previa a la crisis del coronavirus. Debido a que el almacenamiento de crudo es limitado y costoso, la situación podría llevar a las empresas a desprenderse de los barriles a cero dólares, o incluso verse forzadas a vender a precios negativos, concluía el analista de Mizuho Securities.
Un mes después, las previsiones de derrumbe de la demanda alcanzan mayores dimensiones: 29 millones de barriles diarios en abril, según la Agencia Internacional de la Energía, que añadía a esta previsión una advertencia: «nunca antes» se ha llevado tan al límite la capacidad de almacenamiento.
Una estabilidad mucho mayor refleja el barril de Brent, de referencia en Europa. Las caídas son moderadas, y su precio resiste cerca de los 27 dólares, por encima de los recientes mínimos que tocó en la crisis actual.
Los focos de los operadores del mercado del petróleo se desplazan por tanto hacia los grandes centros logísticos de almacenamiento de crudo en EEUU, y en especial a Cushing, en Oklahoma, punto de distribución del barril West Texas, de referencia en el mercado estadounidense.
El volumen de crudo almacenado aumenta a medida que las refinerías paralizan su actividad para adaptarse al desplome de la demanda por las medidas de confinamiento motivadas por el coronavirus. EEUU, convertido en los últimos años en el mayor productor de crudo gracias al auge del ‘shale oil’, se enfrenta ahora al problema de dar salida a su producción, debido al derrumbe de la demanda tanto interna como externa.
Los analistas señalan que el principal temor ahora es el colapso de la infraestructura de almacenamiento. Esta situación se evita, de momento, gracias al ‘almacenamiento extra’ en los grandes buques petroleros. Según datos de Reuters, hasta 160 millones de barriles estarían actualmente en buques petroleros, un nuevo récord histórico y el doble de hace dos semanas.
La nueva desbandada en el precio del petróleo en EEUU se agrava en pleno cambio de referencia en los futuros. Los inversores deshacen sus posiciones en el contrato de mayo, que expira mañana según Bloomberg, para centrarse ya en los futuros sobre el contrato de junio.
La diferencia extrema de precios de un contrato a otro acentúa el desplome actual. En la jornada de hoy el contrato de mayo en el barril tipo West Texas se hunde más de un 70% y va camino de sufrir la mayor caída de su historia en un solo día.
En sus mínimos cae hasta los 4,9 dólares, un precio inasumible para la industria estadounidense de ‘shale oil’, y un nivel inédito desde 1973, cuando la OPEP decidió embargar las exportaciones de crudo a varios países occidentales que ayudaron a Israel en la guerra del Yom Kippur. Varias firmas de inversión como Citigroup ya habían adelantado la posibilidad de que su precio bajara a niveles próximos o inferiores por momentos a los 10 dólares. En lo que va de año su precio se ha reducido a una cuarta parte de los más de 60 dólares con los que inició 2020.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa