El miércoles no fue un día fácil para los mercados. Las noticias de la pandemia no fueron alentadoras, con la cantidad de víctimas creciendo en los puntos más atacados por el virus, sobre todo en Estados Unidos. Con todo, el presidente Donald Trump habló nuevamente ante los medios, explicando que ya falta poco tiempo que Estados Unidos resurja y se encuentre en el estado anterior a la crisis.
Pese a todo, la bolsa de Nueva York, que se mostró dubitativa al inicio de la sesión, terminó ganando, en especial cuando el precandidato demócrata Bernie Sanders, cuyas ideas espantan a los mercados (y a buena parte de la sociedad), declinó su candidatura para las elecciones de noviembre próximo. De este modo, Joe Biden queda como la cara visible de la oposición, con una postura mucho más moderada dentro de lo esperable de este partido, en momentos en que corre la versión de que podría ser acompañado por Michelle Obama, la esposa del expresidente Barack Obama.
El dato, que no habrá caído del todo bien a Trump, sí le dio tranquilidad a los mercados, que se encuentran sumamente agitados en los últimos tiempos. Los índices principales ya recuperaron casi la mitad de las pérdidas sufridas desde mediados de febrero hasta fines de marzo, aunque es aún prematuro pensar en una recuperación total de la bolsa más importante del mundo.
En el mercado de divisas, el euro comenzó a enredarse en los típicos conflictos de la Unión Europea, que tarda el triple de tiempo en tomar decisiones, con interminables reuniones entre burócratas, que por supuesto jamás llegan a un acuerdo. Ni siquiera con el bloque sumido en una profunda crisis como la actual las autoridades logran encontrar soluciones sustentables, que en todos los casos pasan por la inyección de fondos a la economía. Esta situación limita la probabilidad de crecimiento del euro, que apuntaba a 1.1000, pero se frenó en las últimas horas.
Respecto a la libra esterlina, se mantiene estable en las cercanías de 1.2400, y en su caso la incertidumbre pasa por la salud del premier Boris Johnson, que continúa bajo cuidado intensivo en Londres. La falta de liderazgo, evidente, detrás de Johnson amenaza con generar una crisis política en el momento menos oportuno. La libra sufre esta circunstancia, y una mejora en la salud del primer ministro podría ser el catalizador que necesita para acercarse a 1.3000 en las próximas semanas.
Las notas destacadas del día vienen desde dos puntos totalmente distintos: En Viena, la OPEP intentará destrabar el conflicto entre Arabia Saudita, mandamás de la organización, y Rusia, aliado externo, que por ahora ha dejado de serlo. Si hay acuerdo, y se supone que si la reunión tiene lugar es solo para firmar ante la prensa, el petróleo podría escalar al menos a 33.50 dólares, donde encontrará una firme resistencia.
El otro dato importante es el de peticiones semanales de subsidio por desempleo. Después de los algo más de 10 millones de pedidos en dos semanas, la situación parece haber empeorado la semana anterior. Los 5 millones que se esperan lucen, lamentablemente, escasos.
Con este panorama encaramos la que será prácticamente la última sesión de la semana, antes de la festividad de Pascua. Una Pascua que ciertamente será atípica en todo el mundo, y que pondrá, probablemente, paños fríos a mercados que se lucen artificialmente en alza.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College