Las peticiones semanales de subsidio por desempleo conocidas el jueves, sobre la semana que finalizó el viernes pasado, fueron nuevamente un récord histórico: más de 6 millones de personas hicieron su pedido, lo cual sumado a los más de 3.2 millones de individuos que hicieron lo propio la semana anterior, da por resultado que casi 10 millones de personas perdieron su empleo en menos de un mes.
De allí es que las cifras de empleo de marzo, que publicará el Departamento de Trabajo este viernes a las 8:30 del este, acapararán la atención de los operadores en todo el mundo. El consenso de analistas consultados habla de unos 100 mil empleos perdidos el mes pasado, que no parecen reflejar la realidad, aunque ciertamente la caída principal en el empleo se dio en los últimos días del mes, que usualmente no entran en la encuesta oficial.
Por otro lado, la tasa de desempleo, que hasta ahora exhibía un bajísimo 3.6%, el más bajo en medio siglo, volverá a acercarse al 4%, que igualmente será muy baja, aunque todo indica que estamos a la puerta de un período muy duro para la economía estadounidense, y en realidad para la del todo el mundo.
En medio de la gigantesca crisis desatada por el virus, los datos de empleo inauguran una verdadera novela de terror para el presidente Trump, que aún mantiene las esperanzas de conseguir su reelección en noviembre próximo. No le será fácil, y no solo por el empleo. A las 10:00, se conocerá el ISM de servicios, un dato que abarca el 85% del PBI de Estados Unidos, y que hasta el mes pasado superaba claramente la línea de 50 puntos, que separa expansión y contracción del sector. Esta vez, los pronósticos hablan de 44 puntos, una cifra que el índice no toca desde 2009.
Pese a todo, el petróleo se despertó de golpe. Claro que no por un aumento de la demanda, que ciertamente se encuentra en mínimos que amagan ser históricos. El presidente Trump, vía Twitter, habló de un probable acuerdo entre Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia, que consistiría en una radical reducción de producción de crudo de unos 15 millones de barriles diarios, es decir, un 15% de la producción global.
La materia prima saltó de un solo impulso de 23 a 28 dólares, para mantenerse desde allí en la zona de 26 dólares. Claramente, hay dos factores que influyen para que el petróleo no pueda superar los 30 dólares. Por un lado, el acuerdo es por ahora una expresión de buena voluntad de Trump, y una supuesta llamada entre los líderes de Arabia y Rusia fue desmentida por voceros del Kremlin. Esto comenzó a enredar al precio del petróleo, que volvió a caer a la zona antes mencionada.
El otro problema es la falta de demanda. Trump no podrá darle solución a la cuestión aunque envié mensajes por todas las redes sociales, y el aumento del petróleo se verá limitado mientras esto no cambie. En una clara contradicción, Trump dijo que le agrada ver el combustible barato.
De todas formas, este aumento del petróleo le dio algo de impulso alcista al dólar canadiense, que había caído muy fuerte a inicio de semana. También, a gran parte de las monedas latinoamericanas, que cayeron sucesivamente en las últimas sesiones a mínimos históricos ante el dólar, incómodo lugar del cual lograron alejarse, al menos por ahora, el jueves.
La que comienza es, entonces, la jornada más importante de la semana. La bolsa de Nueva York y las divisas se han movido poco el jueves, probablemente a la espera de los datos de la fecha. En este sentido, lo que se espera es si los informes serán negativos o muy negativos.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el lunes.
Adrián Aquaro
Trader College