La Reserva Federal recortó sorpresivamente su tasa de interés en medio punto el martes, luego de una reunión de emergencia del G7. En un primer momento, el bloque no había dado precisiones acerca de un estímulo en conjunto, lo cual provocó una incertidumbre en los mercados. Sin embargo, apenas iniciada la sesión americana, la Fed envió un comunicado que la mayoría de los inversores esperaban para el próximo 18 de marzo, fecha de la próxima reunión de política monetaria del organismo. Este recorte sin aviso previo es el primero desde el de octubre de 2008, un mes después del estallido de la crisis financiera de ese año, que se desató con la caída de Lehman Brothers.
La tasa queda ahora en un rango que va desde el 1 al 1.25%, y todo indica que es el primer movimiento de varios. Y no solo la Fed se verá obligada a actuar. Habitualmente, la entidad liderada por Jerome Powell va algunos pasos por delante del resto de los bancos centrales, por lo que otras instituciones podrían seguir el mismo camino. El problema que surge ahora es cuan amplio es el margen de maniobra del que dispone cada una de ellas. El Banco Central Europeo mantiene su tasa de referencia en 0, y la de depósitos en negativo, además de sostener un costoso plan de estímulo a la economía. En todo caso, le queda la opción de seguir recortando la tasa, ya neutra o negativa, y seguir inyectando dinero, algo que no sorprendería, y también le servirá para reducir el diferencial de tasa respecto a la Fed.
Respecto al Banco de Inglaterra, el recorte de tasa desde el actual 0.75% parece cuestión de días. Si bien se esperaba que el mismo fuera decretado en mayo, la reunión de este mes luce como una fecha ideal para ello. La libra esterlina sigue estando errática, ante la incertidumbre del Brexit, con un acuerdo entre Londres y Bruselas que se ve estancado.
El yen crece ante el dólar, también producto del recorte de tipos de la Fed, y en parte por la búsqueda de refugio que aún perdura en los mercados por el coronavirus. En nuestra modesta opinión, la movida de la Fed de la víspera tiene un claro beneficiario, que es el presidente Trump. El alza del yen, por ejemplo, debilita por oposición al dólar, la tasa va en la dirección que buscaba, y en definitiva el efecto del virus sobre los mercados se irá diluyendo. A este paso, los mercados volverán a crecer con los sólidos fundamentos de la economía estadounidense, ayudando a Trump que se jugará su reelección a principios de noviembre próximo. Pero no debe festejar a cuenta el mandatario. El dólar cae, pero moderadamente.
¿Y hasta donde seguirá cayendo el dólar? Puede que lo haga un poco más aún, pero la reacción de los mercados no fue exagerada, ni sólida, ni concluyente. El euro apenas superó 1.1200, para regresar varios puntos en estas primeras horas del miércoles, la libra sigue debajo de 1.2800, el oro se muestra cómodo debajo de 1640 dólares, y los futuros de los índices de Nueva York apenas si se movieron al alza por la novedad de la Fed. En otro momento, la euforia hubiera sido incontenible.
La agenda de noticias incluye dos datos clave: la encuesta de empleos privados de la firma ADP, que probablemente muestre un buen crecimiento de las nóminas en febrero, aunque lejos de las 291 mil de enero; también, la encuesta PMI de servicios de ISM, que se vuelca en un índice, que debe quedar por encima de los 50 puntos para mostrar expansión del sector. El lunes, el índice de manufacturas se esforzó para quedar por encima de dicha cota. El de este miércoles quedará cómodamente ubicado, aunque puede que debajo de la medición del mes anterior. En este contexto, la cifra puede ser impactante en los precios del dólar ante sus rivales principales.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.