Se preveía un inicio de mes con movimientos fuertes, y así fue. Motivos había, y hay, de sobra. Y de la crisis del coronavirus se desprenden ahora nuevos escenarios difíciles, uno de los cuales se conoció el sábado por la mañana. El PMI de manufacturas de China, que se esperaba cayendo fuerte en febrero, no solo lo hizo, sino que llegó a su menor nivel desde que se realiza la medición en 1995.
Durante todo 2019 el índice que mide el sector más importante de la primera potencia industrial del mundo estuvo por debajo de los 50 puntos, y a duras penas logró situarse sobre dicha cota en enero. La caída del mes que acaba de terminar estaba prevista, pero no al nivel de 35 puntos en que quedó, sino a 45 puntos, lo cual ya era muy negativo. Cabe acotar que por encima de los 50 puntos, el sector se expande, y debajo de dicho nivel, se contrae.
En medio de esta crisis, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, emitió un comunicado fuera de agenda, algo que no sucedía desde la crisis de 2008. El funcionario utilizó palabras conocidas. La Fed está monitoreando el desarrollo de los acontecimientos muy de cerca, y tomará las medidas necesarias para asegurar el crecimiento económico. En otras palabras, lo que viene es un recorte de tipos de interés, probablemente el 18 de marzo.
La crisis es de tal magnitud, que la firma de un acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes, grupo que se mantiene en guerra contra la potencia global desde los atentados contra las Torres Gemelas en 2001, pasó casi desapercibida. En otras circunstancias, las bolsas de todo el mundo hubieran volado. Hoy, la única pregunta es hasta donde seguirán cayendo.
No hay que confiar en rebotes solo porque “los precios bajaron mucho”. Mucho pueden ser un puñado de puntos, o miles. Tampoco sirve analizar gráficos de corto plazo para evaluar la caída de, por ejemplo, la bolsa de Nueva York. En las temporalidades más pequeñas se pueden anticipar rebotes de pocos minutos, y hay que operar con gran precisión para detectarlos.
El alza del yen, que era esperable en el inicio de operaciones del lunes, se vio neutralizada sobre el cierre de la sesión asiática, y ahora la moneda nipona cotiza en orden a 108.20 contra el dólar. Esto no significa un cambio de situación en el corto plazo, pero al menos le dio aire al dólar respecto a la divisa de refugio por excelencia.
El petróleo, en tanto, abrió el lunes con una pérdida de 1.70 dólares por barril WTI. Si no logra revertir su baja, las monedas latinoamericanas podrían sufrir severas bajas. Por caso, el viernes el peso colombiano, y el real brasileño y el peso uruguayo, este último no vinculado al petróleo, pero sí a las materias primas, llegaron a sus mínimos históricos, en tanto el peso chileno, el peso mexicano y el sol peruano cayeron con fuerza. Sin embargo, mientras da inicio la sesión europea, la recuperación del petróleo es importante, por lo que ahora resta esperar el inicio de la sesión americana.
La caída de los índices de Nueva York es histórica. La semana que terminó fue la peor desde la crisis de 2008 y 2009, y los próximos días serán críticos. La apertura de los futuros del índice Dow Jones, como también del Nasdaq 100 y S&P 500 observó una baja significativa, que se venía perfilando desde el pre mercado de Asia. De todos modos, apareció Fibonacci, y sirvió para ponerle un soporte a las caídas. En el gráfico semanal, el 61.8% del rally anterior de los futuros del Dow Jones dio lugar a una corrección alcista que estamos viendo en las primeras horas del lunes.
Respecto a otras divisas lídres, el euro se acerca a 1.1100, poniendo de relieve un ligero cambio de ánimo de los mercados, que eligen a la moneda única, aunque no sucede lo mismo con la libra. El Banco de Inglaterra acaba de anunciar un estímulo para paliar los posibles efectos del coronavirus, y la moneda británica cae de 1.2800, aunque su tendencia bajista ya se venía manifestando desde varios días atrás.
La agenda de noticias, además será clave. Las encuestas PMI de ISM de manufacturas y servicios, la primera de las cuales tendrá lugar este lunes, y la segunda el miércoles, seguirán ofreciendo buenas cifras, dado que miden la actividad del mes pasado, y los efectos de la crisis aún no impactaron en Estados Unidos. Los datos de empleo, tanto la encuesta ADP del miércoles como la del Departamento de Trabajo, prevista para el viernes, serán igualmente alentadoras. El problema es que durante las próximas semanas todo esto quedará antiguo.
¿Hay solución a corto plazo? No parece. ¿El efecto del virus sobre los mercados es exagerado? Puede que sí, pero recordemos que los mercados se basan en la confianza, y lo que se ha perdido es exactamente eso. ¿Afecta la crisis a una probable reelección de Trump en las elecciones de noviembre? No lo creemos. La crisis no es su culpa, y la economía sigue siendo sólida, al menos por ahora. El mes de marzo puede ser decisivo en este y varios sentidos.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College