Salvo alguna circunstancia excepcional, los lunes suelen ser días de reacomodamiento de los mercados. Hace varios años que el primer día hábil de la semana ofrece pocas variantes en los activos principales, aunque en los últimos dos meses ya tuvimos varias excepciones. Una de ellas fue con los incidentes en Medio Oriente, y la otra, con la aparición del coronavirus. Y fue otra vez la enfermedad surgida en China la que provocó un lunes muy difícil en los mercados bursátiles. La caída en Wall Street fue la más dura en 14 meses, y las acciones principales cayeron en promedio a su mínimo desde mediados de diciembre, siendo que las “salvó” de una caída peor el cierre de la sesión.
El cierre de la sesión asiática de este martes muestra una típica reacción alcista. Es lo que podríamos llamar “fase de desánimo” en el contexto de una tendencia bajista, luego de una “fase de pánico” generada en la víspera, luego de que la OMS anunciara que el mundo debía prepararse para una pandemia. Sin establecer paralelos, que siempre son odiosos, cuando en 2009 la organización dijo a través de su titular que la gripe A podía causar el contagio de 3000 millones de personas, el pánico duró 24 horas, para olvidar rápidamente la cuestión.
Las fases de desánimo suelen ser el anticipo de un cambio de tendencia en los mercados. Si esta es la oportunidad de comprar está aún por verse, pero los gaps siempre se cubren, y los futuros de los índices apuntan hacia arriba, y los gaps que dejaron el lunes están lejos. Tal vez sea el momento de aplicar otra de las máximas del análisis técnico: los gaps se cubren, pero puede que parcialmente en algunos casos. En otras palabras, no hay que confiar en una rápida ni definitiva recuperación. Pero sí en que pueden producirse alzas este martes en la sesión americana.
Las monedas líderes reaccionan con un buen tono este martes. El euro vuelve a la zona de 1.0860, luego de amenazar con el quiebre de 1.0800 hace pocas horas, en tanto la libra esterlina logró mantenerse por encima de 1.2900 y lentamente se dirige a 1.3000. La moneda británica intenta no perder demasiado terreno, en medio de las conversaciones entre Reino Unido y la Unión Europea por el Brexit, que de pronto quedó fuera de escena.
El yen, por su parte, cae ligeramente, luego de una de sus típicas reacciones como activo de refugio. Su caída de la semana anterior fue como una preparación para su crecimiento del lunes, ganando 200 puntos en dos días. Su rally se detuvo en el 50% de 108.30/112.21, y si bien se mantiene fuerte, no pudo con 110.30, que hace pocos días fue un nivel de fuerte resistencia. Los 110.55 yenes por dólar actuales sugieren que puede haber un rebote alcista del par USD/JPY, que busque la zona de 111.00 en las próximas horas.
También el oro cae en buena forma, totalizando una baja de 56 dólares desde los máximos de diciembre de 2012 que tocó el lunes, en 1689 dólares por onza. El oro es buen negocio a largo plazo, eso es bastante claro. Pero no parece la mejor alternativa en momentos de crisis. Sus rallíes suelen terminar de manera abrupta, y la caída de estas horas es una buena demostración de ello. La onza cubrió un claro gap en la zona de 1653 dólares, que había dejado el lunes, pero su baja no se detuvo allí, sino en el 38.2% del rally 1547/1689, en 1635 dólares. ¿Tendrá el oro un destino alcista en los próximos tiempos? Creemos que sí, y la zona de 1735 dólares aparece clara en el horizonte.
La agenda de noticias del día incluye la publicación del índice de confianza del consumidor, a cargo del Conference Board. Se trata de una encuesta de 5000 participantes, a quienes se les pregunta acerca de su visión actual de la economía, sus planes de inversión, sus trabajos, consumo, entre otras cuestiones importantes. Hace tiempo que la medición arroja máximos de varios años, y no hay motivo para que ello cambie esta vez. Un nuevo argumento para que el dólar siga firme en todos los frentes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College