El euro estuvo en el centro de atención de los operadores la semana pasada, ante una caída que, sin ser explosiva, llegó a mínimos que no tocaba desde mayo de 2017. La especulación mayor pasa ahora por una baja adicional de la moneda única, con destino a 1.0720, donde el par EUR/USD cubriría el llamado “gap de Macron”, un hueco de más de 100 puntos que dejó el triunfo del actual presidente francés a fines de abril de 2017.
Pero si de gaps se trata, que los respetamos al máximo porque cumplen con la máxima de que “los gaps siempre se cubren en las divisas”, conviene revisar otros dos. En uno de ellos también interviene el euro. El par EUR/GBP dejó un marcado gap en junio de 2016, en ocasión del referéndum que dejó afuera de la Unión Europea a Reino Unido, y que generó una escandalosa pérdida para la libra esterlina. Los cruces GBP/USD y GBP/JPY también dejaron gaps (es recordada la cobertura del primero de ellos, cuando en septiembre de 2017 el precio llegó con precisión milimétrica a 1.3540 para caer nuevamente de inmediato), pero fueron cubiertos oportunamente. En cambio, el del EUR/GBP quedó lejos, precisamente por tratarse de dos divisas que, en general, se mueven en la misma dirección ante el dólar, salvo eventos excepcionales, como justamente se dieron a partir de 2016.
No somos partidarios de ponerle nombre a los eventos del mercado. Esas denominaciones de “martes negro”, “gap de tal o cual” o similares, se nos ocurren como una suerte de tontería, a la cual debemos recurrir alguna vez para graficar algo que los precios explican mucho mejor. De hecho, la despectiva calificación de PIGS a un grupo de países en problemas años atrás, frente a la rimbombante calificación de BRICS, duró lo que duró la crisis, y la ilusión de que economías de países que en el mejor de los casos pueden pertenecer a un segundo orden podrían pertenecer al primero. Así que, amigo lector, al gap del EUR/GBP no le pongamos nombre. Solo hay que seguirlo de cerca.
El otro gap a seguir es más cercano y posible de cubrir en el corto plazo. Es el del par USD/JPY, que quedó a inicios de mayo de 2019, en una de las tantas imposiciones de aranceles de Estados Unidos contra China. Su cobertura depende de que los mercados vendan yenes con mayor intensidad -lo vienen haciendo-, y que el dólar siga creciendo como hasta ahora. ¿Qué falta ahora? Que todo continúe igual, algo que en los mercados no abunda.
Pero volviendo al euro, no la tendrá sencilla. Los datos de Alemania, que mueven a sus pares en forma concluyente, no son buenos, y no lo serán por un buen tiempo, pese a los “brotes verdes” que cada tanto aparecen. Justamente, las mediciones de manufacturas de la primera economía europea, que se conocerán sobre el cierre semanal, serán los que terminen por definir el destino del euro. Claro que para ello falta bastante. Por fortuna para la divisa única, este lunes no habrá mercado en Estados Unidos, y así lo reflejan las otras plazas importantes, que apenas presentan movimientos de ocasión.
El resto de las divisas principales no deja mucho para el análisis. La libra, el yen, el franco, el dólar canadiense y el dólar australiano, entre otras, se toman unas horas de descanso, extendiendo el fin de semana. Buen día para analizar y sacar conclusiones, que después serán útiles para el resto de la semana.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College