Los conservadores del primer ministro británico, Boris Johnson, han alcanzado la mayoría absoluta, han superado holgadamente los 326 escaños necesarios para alcanzar esa mayoría absoluta, la mitad más uno de los asientos que componen la Cámara de los Comunes del Parlamento de Westminster.
Como dato, decir que los conservadores y los laboristas ganaron nueve elecciones generales cada uno entre 1945 y 2010. En ocho de los nueve años posteriores a una victoria conservadora, el índice FTSE All-Share subió, con una ganancia media del 10,8%.
Había mucho en juego, ganase quien ganase. Por ejemplo, En el caso de una mayoría laborista de Jeremy Corbyn, las acciones caerían. En este contexto, los mayores perdedores serían aquellas compañías a las que se dirigen los planes de nacionalización, tales como Royal Mail, BT Group, National Grid y SSE. Un impuesto a las petroleras afectaría a las operaciones de Repsol en el Mar del Norte. La ampliación del aeropuerto de Heathrow, cuyo primer accionista es Ferrovial, podría ser paralizada. El plan de nacionalización afectaría a Iberdrola. El hecho de pretender utilizar Correos para dar préstamos a pymes crearía un nuevo rival para las filiales británicas de Santander y Sabadell.
Pero finalmente la balanza se inclinó hacia los conservadores. ¿Qué significa entonces? Pues que el Brexit está cerca de consumarse el 31 de enero, salvo que de nuevo asistamos a otra prórroga. Y es importante ver si se produce con acuerdo, porque la imposición de aranceles aduaneros que produciría un Brexit sin acuerdo incidiría directamente en los intereses de las empresas españolas en el Reino Unido. Recordemos que el valor de las inversiones españolas alcanza los 77.000 millones de euros (casi el 17% del negocio en el extranjero y el pasado año Reino Unido fue el segundo Estado de la Unión Europea que más inversión bruta recibió desde España, solo por detrás de los Países Bajos).
Pero, ¿por qué la victoria de Johnson anima a las Bolsas europeas y a la libra? Vamos a ver, es cierto que con su victoria el Brexit es una realidad y eso es negativo. Pero dos motivos explican todo esto:
1º Se espera un acuerdo y no una salida por las bravas de Reino Unido de la UE.
2º La otra alternativa, la victoria de los laboristas podía ser peor, porque si bien es cierto que se postulaban para un nuevo referéndum, nadie asegura que ganase el NO, con lo que estaríamos de nuevo en la casilla de salida sin avanzar nada, y encima con una serie de medidas que no gustan a los mercados, tales como un aumento del gasto público, la amenaza de nacionalización de los servicios públicos y un incremento de los impuestos a empresas y particulares que es visto como un riesgo de fuga de capitales.
Así pues, los mercados, entre dos males, consideran que el de los conservadores es el menos gravoso, siempre y cuando haya un acuerdo. El propio Banco de Inglaterra estimó que un divorcio sin acuerdo recortaría un 5,5% el PIB británico y dispararía la inflación al 5%. El hecho de que la economía británica se viese lastrada conllevaría un duro golpe para las compañías españolas del sector turismo, servicios financieros y exportaciones de alimentos.
Una victoria de Boris Johnson podría implicar subidas en la libra. La divisa británica sigue recuperando terreno y se situó en niveles no vistos desde mayo de 2017 en su cruce con la divisa comunitaria. De cara a 2019, si todo va bien y hay acuerdo, podríamos ver la libra subir a 1,36-1,37 dólares.
Una gran mayoría conservadora aumenta las posibilidades de que el sector empresarial vuelva a tener cierta transparencia y, sin duda, evita la amenaza de un gran aumento del impuesto de sociedades y de la nacionalización del sector de los servicios públicos. Todo ello también animaría a subir a la Bolsa británica y por añadidura a las europeas.
Aunque todo va a depender en gran medida de qué grado de Brexit tengamos, es decir, si hay un acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido o no, y en caso de haberlo, qué tipo de acuerdo es. Hay una serie de compañías españolas que saldrían beneficiadas si finalmente hay un acuerdo para el divorcio: Santander (está en Reino Unido desde que en 2004 compró Abbey National Bank y en 2008 compró de Royal Bank of Scotland, Alliance & Leicester y Bradford & Bingley. Reino Unido supone un 11% del total del beneficio del grupo); Telefónica (su filial O2 es uno de las principales operadoras de Reino Unido, cuenta con unos 32 millones de clientes y aportó un 14% de los ingresos del grupo); Ferrovial (es el primer accionista del mayor aeropuerto de Europa, el de Heathrow, y también participa en los de Southampton, Glasgow y Aberdeen. Reino Unido representa un 26% de la facturación del grupo); Sabadell (en 2015 compró el banco británico TSB para implantarse en Reino Unido); IAG (es una de las compañías con una mayor exposición al Brexit); Iberdrola (en 2007 compró a Scottish Power, la mayor operación de su historia y con la que entraría en Reino Unido).
Respecto a la Bolsa europea, el 17 de octubre les comenté por qué esperaba que el índice clave en Europa, el Euro Stoxx 50, siguiese subiendo. De momento el escenario se va cumpliendo y sube casi 200 puntos. Y tiene visos de continuar porque, además de lo ya comentado sobre las elecciones británicas, resulta que Estados Unidos y China podrían alcanzar un acuerdo que dejaría sin efecto las tarifas de 156.000 millones de dólares previstas para este domingo día 15 de diciembre.
Ismael De La Cruz/Investing.com
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