No duró tanto como se esperaba la euforia en los mercados después de las vacaciones de la semana pasada. El lunes, apenas iniciada la sesión americana, el presidente Donald Trump anunció que extenderá los aranceles a la importación de aluminio y acero a Brasil y Argentina, dos países que en su hora habían quedado excluidos de tal gravamen, junto con la Unión Europea entre otros.
La decisión de Trump se basa en una devaluación que ambos países impusieron a sus monedas, que han caído en buena forma desde agosto hasta la fecha. El real brasileño llegó a 4.27 ante el dólar la semana pasada, en un nuevo mínimo nominal histórico (igual valor había tocado años atrás, por lo que en términos reales no es un mínimo); en tanto, el peso argentino se encuentra virtualmente intervenido por el Banco Central de Argentina, a la espera del cambio de autoridades previsto para la semana próxima. El tipo de cambio del USDARS es de aproximadamente 63 pesos, aunque el valor real del dólar se sitúa muy por encima de dicho nivel, y se espera que en las próximas semanas la brecha entre el tipo de cambio oficial y los diversos tipos de cambio paralelos se amplíe mucho más.
La caída del dólar no se hizo esperar, y tampoco la de la bolsa de Nueva York. Los índices principales cedieron posiciones con fuerza, en tanto las monedas principales aprovecharon la debilidad del dólar para crecer firmemente. El yen recuperó terreno, al igual que la libra esterlina, y el euro se alejó de sus mínimos anuales de 1.0880 para acercarse a 1.1100. En la sesión europea, la moneda única cotiza a 1.1083 dólares, con una tendencia alcista para el resto de la sesión, en tanto la libra se acerca a 1.3000, y el yen se ubica en torno a 109.00, con una tendencia que lo favorece este martes.
En cuanto a los informes principales del día, el ISM de manufacturas volvió a caer, esta vez a 48.1 puntos, cerca de los mínimos del año que tocó en septiembre, y que representan el más bajo valor desde mediados de 2009. La noticia impactó en el dólar no solo por el resultado, sino también porque el mes pasado había presentado una buena recuperación. De todas formas, el dato más esperado llegará el miércoles, con la medición del ISM de servicios, que ocupa el 85% del PBI de Estados Unidos.
Si la situación planteada el lunes se trata de un nuevo retroceso en el proceso de un acuerdo entre Estados Unidos y China está aún por verse. Pero sí es cierto que esta vez Trump no especuló con su reelección, como tampoco lo hizo la semana pasada, al aprobar la Ley de apoyo a los manifestantes de Hong Kong, que luchan por una independencia judicial de China.
Por otra parte, la jugada le salió bastante bien: el dólar, que venía muy fuerte y sin signos de fisuras, cayó fuerte, y si se mantiene este estado de cosas, podría seguir haciéndolo en los próximos días. Claro que tampoco es gratis el gesto de Trump: mucho más visible en los titulares de los medios especializados es la caída de la bolsa de Nueva York: el conjunto de índices líderes tuvo el lunes uno de sus peores días del año, aunque sobre el final de la sesión la baja comenzó a atenuarse.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College