Cuatro de cuatro y tiro por que me toca. Cuartas elecciones generales y la casa sin barrer. Se necesitan pactos, con más calidad que cantidad, del PSOE para poder gobernar. Urgen ejercicios de responsabilidad política. Quienes dicen que estamos en un proceso de italianización política, solo recordarles que el país transalpino nos lleva muchos kilómetros de distancia en esta carrera sin final hacia la perfección del modelo democrático. Hay en Europa, no obstante, varios focos geopolíticos sin apagar. Uno es la propia Italia, pero de manera distinta a la española. Otra Alemania, porque Merkel ya no es mayoritaria en Alemania, si bien la locomotora europea sigue siendo Alemania. Francia tampoco ha dado con la fórmula para una reformulación de Europa; Bélgica sigue hundida en el caos y Portugal, nos saca cada vez más ventaja en este factor político. El poder absoluto del Banco Central Europeo es la única garantía. Una mano misteriosa vigila toda la oferta de bonos españoles, portugueses, griegos, italianos y los que no lo son. Es la mano de dios y no las compras de inversores, las que mantiene el equilibrio, la paz y el sosiego en los mercado. Siempre nos quedará el Banco Central Europeo. Gracias a su control, las primas de riesgo no se han desparramado y la liquidez ha mantenido con agilidad el circuito bancario. El Banco Central Europeo no va a permitir experimentos con gaseosa ni en España ni en ningún país de la Eurozona…»
«Media Europa crece como puede. La otra media Europa no puede. Un puñado de secesionistas, muchos de ellos sin saber lo que significa ese fenómeno, no pueden imponer sus criterios a la gran mayoría, ni en España, ni en Bélgica, ni en Francia ni en Italia. Ni ayer, ni hoy ni mañana. En el Siglo XXI los paraguas son más fuertes y resistentes. La Unión Europea lo ha dicho alto y fuerte: NO al secesionismo europeo y NO a gobiernos que quieran ponerse a la Unión Europea por montera.
«Europa no ha permitido una República italiana fantástica, que prometía felicidad y carpe diem para todos por los siglos de los siglos ¿Pero quién va a pagar esa fiesta imposible? Nadie. La prima de riesgo disparó en su momento, pero los bonos están bajo control del BCE, la mano de dios. A ver que pasa ahora.
Tampoco va a permitir desviaciones ni en España ni el resto de los países. La Bolsa está en el mejor nivel del año, gracias, por supuesto, a la otra gran mano que mece la cuna de los mercados. A Wall Street. Las turbulencias políticas en casi toda Europa han dejado sin argumentos a muchos gestores. El dinero es miedoso y el mundo inversor global no es solo España, Italia, Europa. Hay otras áreas donde invertir. La Bolsa no debe olvidar que Europa nos protege en lo político y en lo económico. Por fortuna.
Siempre nos quedará el BCE y Europa. En un mundo global, volver a las cavernas es imposible. España ha sido uno de los 11 países fundadores del euro que más ha crecido desde 1999 y se mantienen excelentes expectativas. Los políticos, de uno y otro color, no deben dejar que España entre en una parálisis preocupante.
La Bolsa, en fin, no debería perder los papeles, pese a la agitación y al miedo, que genera tanta y tan intensa incertidumbre. No hay mal que cien años dure.
(De la conversación mantenida con uno de mis gurus favoritos)
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa