La enorme expectativa que en todo el mundo había generado el súper sábado en Londres, quedó rápidamente disipada. La sesión extraordinaria del Parlamento británico, la primera en un fin de semana desde la guerra de las Islas Malvinas en 1982, se cerró con una decisión que es de lo más sensato que podía esperarse: no habrá Brexit tal como lo propuso el primer ministro Johnson y como lo acordó con la Unión Europea.
Johnson se vio además obligado a solicitar una postergación de la salida ante Bruselas, en una carta que no firmó, y a la que siguió otra carta en la que solicitaba que la UE rechace la solicitud. Una nueva muestra de falta de seriedad, que en lo que a los mercados respecta, solo puede generar falta de confianza en la tradicional libra esterlina.
En principio, será difícil convencer a Irlanda del Norte de pertenecer a Reino Unido con una aduana que la separa. De allí es que no se vislumbra una salida cercana, en un conflicto que pronto forzará un llamado a elecciones generales, y que en ese momento habrá terminado con el mandato de tres primeros ministros: Cameron, May y el mencionado y excéntrico Johnson.
Mientras todo esto sucede en Londres, se acerca la reunión de política monetaria de la Fed. Está muy dividido el pronóstico de los analistas, muchos de los cuales arriesgan un nuevo recorte de tipos de interés. Claro que falta más de una semana para tal decisión, aunque los próximos días probablemente muestren una amplitud de precios moderada por tal motivo.
De todas formas, a la semana que se inicia no le faltarán atractivos, sobre todo en Europa. El jueves, por caso, tendremos las cifras de manufacturas de Alemania, que el mes pasado reflejaron sus peores guarismos desde mayo de 2009, es decir, más de 10 años, con algo más de 41 puntos. Una cifra alarmante, sin dudas, y que puede provocar movimientos fuertes en el euro. Claro que apenas conocidos estos datos, el presidente del BCE, Mario Draghi, se despedirá de su cargo con la implementación del plan de estímulo a la economía de la Eurozona, que constará de 30 mil millones de euros mensuales desde noviembre. Allí, la moneda única tendrá otra excusa para caer.
En cuanto a la guerra comercial, no hay novedades y no se esperan noticias para estos días. El presidente Trump sigue enviando mensajes alarmantes día tras día, pero sabe que se juega su reelección, y no parece el mejor momento para agitar las aguas.
Por lo demás, las divisas principales, con excepciones hechas del euro y la libra esterlina, no ofrecerán cambios de tendencia importantes. En cuanto a la onza de oro, que inicia esta semana muy expectante de lo que suceda en Londres, podría ofrecer alguna recuperación por encima de los 1510 dólares, en tanto el quiebre de 1475 dólares generará una caída adicional a la que sufrió en las últimas sesiones.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College