Ayer me decía un amigo que la inversión en los mercados de valores era casi lo mismo que jugar en el casino, y que no le veía sentido a poner su dinero a especular. Es muy peligroso pensar así, y se lo dije. La diferencia entre los juegos de casino legales y las inversiones es que en estas últimas no regula el azar, aunque a muchos así les parezca. Somos más bien el Casino mismo con su lema de la casa siempre gana. Este lema no significa que otro tenga que perder, en absoluto. Al contrario, el Casino gana a largo plazo a sabiendas de probabilidades muy bien estructuradas: unas probabilidades que le dan un margen de ganancia seguro, aun cuando llega el astuto jugador, o jugadores, que se llevan el premio mayor.
Para los inversionistas hay mucho más en la mesa de juego que las probabilidades. Principalmente hablamos de reducir el riesgo y aumentar la rentabilidad. Lo anterior supone el análisis de múltiples factores más allá de lo típicamente estadístico. Una tendencia al alza del IBEX35 en el último mes y tenemos que estar al pendiente de la volatibilidad de las acciones de bancos como el BBVA y el Santander que tienen una fuerte influencia en la bolsa y que están luchando por mantener sus precios de cotización.
En el mercado de divisas, el favorito de muchos, no basta con conocer la fluctuación de precios de la moneda para establecer una utilidad. En cambio, requerimos del ejercicio combinado de análisis entre dicha fluctuación y las noticias económicas. Y más todavía de la vigilancia en el escenario político, no sea que una declaración del primer ministro británico Boris Johnson sobre el Brexit haga caer la libra esterlina.
Invertir en la bolsa de valores o en la compra y venta de divisas puede ser bastante divertido, claro, aunque quizá no tan temático como un casino online orientado más al entretenimiento que a los negocios. Lo que sí podrían tener en común el casino y la inversión en bolsa es que en ambos competimos contra nosotros mismos, contra nuestras expectativas de ganancia.
En los juegos de azar los jugadores mueven sus montos y cambian constantemente de estrategia, ansiosos por una victoria reconfortante y rápida. Pero en nuestro caso, y se lo dije a mi amigo, debemos luchar contra nuestra psicología evitando reaccionar emocionalmente frente a una mala inversión. Dicho de otro modo, debemos determinar con la mayor exactitud posible qué fue lo que causó la pérdida, así como la probabilidad de que un alza nos ayude a recuperar parte del capital. O bien si debemos ponder el dinero en otro sitio. Si no hacemos esto podríamos caer en la trampa de “apostar” para recuperar lo que acabamos de perder, uno de los errores más comunes del inversionista.
Todavía mejor, debemos mantener la cabeza fría y detectar los puntos débiles de nuestra estrategia mucho antes de que falle. Y eso sin mencionar que la mejor inversión se rige por la paciencia. Yo, por lo menos, no conozco el primer juego de azar que dure mínimo 5 años.