En una época de máximo valor e importancia de la competitividad y en gran parte en relación a ella de la productividad, es fundamental mantener bajo control todos los aspectos que tengan que ver con ella y que de hecho pueden repercutir en el impacto y recompensa que tenga nuestra compañía en su sector, su mercado y sus fuentes de financiación como pueden ser la bolsa en el caso de las sociedades de acciones privadas. Es así que mejorar la productividad repercute directamente sobre nuestros resultados en ella, por lo que soluciones como este producto de Geinfor aportan soluciones informáticas encaminadas a mejorarla y con ello darnos la posibilidad de implementar nuestro valor en bolsa. A continuación te hablamos más pormenorizadamente de ello.
¿Qué es la productividad?
En primer lugar, consideramos necesario definir la productividad para posteriormente hablar de algunos de los factores y estrategias relacionados con ella que pueden ayudarnos a mejorarla y, como consecuencia, tener un mejor valor en bolsa. Podríamos definir la productividad como la razón que existe entre la capacidad productiva de una empresa y sus resultados, es decir, como la razón que existe cantidad de servicios o productos que una empresa o planta de producción obtiene y los recursos que emplea para obtenerlos.
Aumentar la productividad consiste por lo tanto en aumentar la relación de bienes producidos y minimizar los recursos empleados para ello. Este es el primer punto importante para comprender la incidencia que tiene la productividad en la actividad de nuestra empresa y su valor en bolsa.
¿Cómo se puede mejorar la productividad?
Como hemos dicho, mejorar la productividad consiste en maximizar la cantidad de producción que se elabora al mismo tiempo que se minimizan los costes para producirlos. Ahora bien, a la hora de reducir dichos costes existen varias alternativas.
Alternativa clásica: incidir en los costes laborales
La alternativa clásica es disminuir el coste que tienen los sueldos o en general la plantilla de capital humano que conforma una empresa. En efecto, la fórmula clásica consiste en despedir a empleados o bien reducir su salario, las cargas sociales relacionadas con ellos, etc. Es decir, incidir sobre la mano de obra que es de hecho la encargada de producir.
Sin embargo, esta fórmula no es la más beneficiosa ya que, por un lado, los trabajadores son al mismo tiempo consumidores que están involucrados directamente en el flujo circular de la renta y que, como consecuencia de su despido o empobrecimiento de sus condiciones laborales, habremos excluido como comprador. Hay que pensar que no tener un trabajador es no tener un cliente por privarle de su capacidad de consumo, por lo que finalmente estaremos repercutiendo negativamente sobre el mercado en general y sobre nuestro propio sector.
Por otro lado, las cuestiones de salario hacen en la mayoría de los casos que la productividad baje si el trabajador está más pendiente de cómo llegar a fin de mes que de lo que ocurre en la propia empresa. Así pues, podríamos decir que la fórmula clásica que incide sobre el capital humano no es la idónea y mucho menos en la actualidad ya que existen otras formas de implementar la productividad y con ello nuestro valor en bolsa.
Alternativas modernas: mejorar la gestión
Como hemos dicho, existen otras soluciones para mejorar la productividad de una empresa. En efecto, nuestro principal objetivo consiste en optimizar todo lo posible la relación que existe entre los productos o servicios que producimos y la cantidad de recursos que empleamos para hacerlo. Es así que otra forma de reducir el impacto de los recursos empleados es hacer un mejor uso y gestión de ellos.
Es aquí precisamente donde debemos dejar muy clara la diferencia entre productividad y competitividad. Podríamos decir que la productividad es lo que previamente definimos y que es producir lo máximo posible al menor coste que se pueda mientras que la competitividad es producir y desarrollar nuestra actividad lo mejor que se pueda dentro de nuestro sector. Una empresa muy productiva puede no ser competitiva precisamente por no tener en cuenta el papel que tiene la gestión en su desarrollo.
Impacto de la mejora de la gestión
La gestión de una empresa y de todos los factores involucrados en ella es crucial para mejorar su productividad. En este sentido, debemos contar con toda la información posible para poder mejorar la calidad de nuestras decisiones. Al mismo tiempo, debemos procurar un mejor aprovechamiento de todos los recursos, tanto materiales como humanos. Debemos mejorar la coordinación entre todos los departamentos y procurar que la comunicación entre ellos y para con sus cuadros de mando sea lo más directa posible.
Podemos llevar a cabo un control exhaustivo sobre toda la planta y vigilar cada uno de sus puntos para localizar y solucionar errores lo antes posible y mejorar de hecho la calidad de nuestro producto y con ello nuestra propia imagen y la opinión de nuestros clientes y colaboradores. Todo ello repercutirá sobre un mejor estado financiero de nuestra empresa gracias a que habremos incidido sobre la calidad de la relación que existe entre lo que cuesta producir y lo que produce en lugar de simplemente haber reducido su importe tal y como prescribe la fórmula clásica.
El papel de un software ERP en las empresas
Todas estas medidas son posibles de hecho gracias a los llamados software de gestión de producción que nos permiten centralizar en un solo dispositivo toda la información sobre la producción de una planta o empresa y con ello obtener un mejor rendimiento para la misma de una forma sencilla, exhaustiva y en tiempo real.
Es decir: podríamos decir que existe una fórmula clásica para ser más productivo que, sin embargo, no funciona en el medio y largo plazo, y otra mucho más eficaz que consiste en hacernos más productivos por ser más competitivos y aumentar con ello el valor de nuestra empresa. Y es que su valor es la consecuencia de cada uno de sus componentes y no solo de su resultado a corto plazo.