El viento en contra creado por la guerra comercial y los aranceles crearon un nivel de incertidumbre frente a la economía y los mercados, sin embargo, el mercado de valores, una vez más, escaló el denominado muro de la preocupación durante estos primeros seis meses del año. Las ganancias acumuladas de más del 7% en junio en el Dow Jones Industrial fue el mejor retorno mensual de junio desde el año 1938. Además, para el primer semestre de 2019, el S&P 500 registró su mejor retorno en 22 años, con un incremento del 18.5 %. A ello sumemos que en julio la expansión económica de Estados Unidos se convierte en la más larga de la historia con 121 meses (la segunda expansión más larga fue de 1991 a 2001 con una duración de 120 meses). Los datos económicos sugieren un entorno global más lento, pero una recesión parece estar más lejos que cerca. Además, la Reserva Federal seguramente reducirá las tasas de interés en 25 puntos básicos en su reunión de final de julio (día 31).
Gráfico: Horan Capital
Pese a todo, miren el siguiente gráfico, parece un calco, y es que la evolución que lleva éste año el índice S&P500 es idéntica a la que tuvo en el año 1998 (la línea roja responde a este año y la línea azul a 1998). En caso de que se mantenga esta correlación en la segunda mitad de año, tendríamos una buena caída y posteriormente subiría con fuerza y marcaría nuevos máximos históricos…
Gráfico: The Economist
En Europa preocupa la evolución de las ventas de automóviles que de nuevo marca otro mes más de caídas interanuales, siendo el décimo descenso consecutivo interanual de las ventas de coches, una corrección similar a la que sufrió el sector entre finales de 2011 y principios de 2013 (a última vez que las ventas de automóviles cayeron más de diez meses consecutivos fue durante la crisis de deuda soberana del año 2012, cuando los descensos duraron dieciocho meses seguidos). Por fabricantes, cayeron todos, con bajadas para Volkswagen (9,5%), PSA (8%), Renault (3,6%), BMW (9,6%), Ford (4,8%) o Nissan (25,6%), al tiempo que mejoraron sus datos el Grupo Toyota (1,9%) y Mazda (1,7%).
El BCE está teniendo problemas para alcanzar su objetivo del 2% de inflación (aunque ni por asomo como los problemas que está teniendo Japón durante una década). Es por ello que existe el run run de que la entidad ha encargado estudiar las posibilidades de renovar su objetivo de inflación con el objetivo de contar con una mayor flexibilidad y tener todavía más margen de maniobra para una política monetaria expansiva, sin preocuparse de que los precios superen la meta establecida. Y es que pese a la cantidad ingente de dinero implementada por el BCE, la inflación sigue sin acercarse siquiera a ese objetivo. Draghi siempre ha sido partidario de un enfoque simétrico del objetivo de inflación, que supone aceptar que los precios se sitúen por debajo o por encima del 2% durante un tiempo determinado, sin tener que actuar obligatoriamente.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es