¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de «con el trading te descubres a ti mismo»? Muchas, ¿verdad? ¿Y es así? Pero, ¿es que acaso con la edad que tengo ya, no me conozco? ¿Qué ocurre con el trading? Bien, os voy a dar mi punto de vista en base a mi propia experiencia.
Con el trading uno no cambia de personalidad, esto es obvio, teníamos una forma de ser antes de iniciarnos en este mundo y la continuamos teniendo. El miedo, la avaricia, la ira, el ego, la frustración…, emociones que están en nosotros, las tenemos todas y cada una de ellas, pero no en la misma proporción y ese porcentaje varía en cada persona. ¿Sabemos cuál es el porcentaje que hay de cada una de ellas, en nosotros?
Estas emociones son negativas si nos afectan de forma negativa (a veces en su justa medida y bien gestionadas son positivas). Y cuando nos afecta, duele. Y el ser humano tiende, por naturaleza, a evitar el dolor, con lo que llegamos a la conclusión que, en nuestro día a día, en nuestra vida cotidiana, evitamos pensar, una vez se ha producido el dolor, en esa emoción que la ha causado. No ahondamos en ella. No nos sentamos a analizar qué ha ocurrido, por qué, qué la ha causado, cómo poder evitar que vuelva a suceder, cómo cambiar eso en nosotros…
No lo hacemos, porque lo evitamos. Hablo de consecuencias no dramáticas, de acontecimientos cotidianos.
Y va sucediendo una y otra vez y esas emociones que más sacamos a la luz, cada vez están más ancladas dentro de nosotros. No luchamos contra ellas, porque tampoco traen consecuencias dramáticas y damos por sentado que somos así, ¿no cambiaremos a estas alturas de nuestra vida?, ¿no?
Y llega el trading.
Nosotros felices pensando que, aprendiendo cuatro cosas, un sistema y lo tendremos listo.
Empiezas a operar y ¡zas! Primera castaña. ¿Qué ha ocurrido?
¿Por qué he cambiado mi sistema, entrando antes de que me diera la señal que tengo establecida en mi Trading Plan?
¿Por qué no he entrado aquí, si se cumplían todos los parámetros que tengo establecidos para efectuar una entrada?
¿Por qué he entrado una tercera vez al mercado, una vez he perdido 2 operaciones, si mi Trading Plan tiene estipulado no entrar una tercera, después de dos operaciones perdedoras?
Y con los días, semanas y meses, te vas dando cuenta que el trading es mucho más que un sistema. Empiezas a darte cuenta que, o gestionas tus emociones cuando operas o estás perdido. Y ahora viene la pregunta del millón. Y eso, ¿cómo se hace?
Recuerdo un día que vi una película, «After Earth», donde los protagonistas deben enfrentarse a animales evolucionados que ahora gobiernan el planeta, los cuales pueden percibir el miedo de los humanos y usan esa capacidad para rastrear y matar a su presa. Y la única forma de eliminar a esas bestias es, no tener miedo. Ellos utilizan la «fantasmación» para de alguna forma misteriosa, dejar de sentir miedo, con lo que consiguen que esas bestias no los detecten y así, poder acabar con ellas.
Esa película, en medio de mi batalla con el trading, me impresionó y me hizo reflexionar mucho. Lo primero que pensé es «tengo que conseguir eso, he de dejar de sentir cuando opero». Pero claro, luego despiertas y te preguntas, ¡¡cómo carai se hace eso!!
Hace algún que otro año, vi una entrevista que le hacían a un trader independiente. A parte de las preguntas que se le hicieron, también se le grabó operando desde su casa. Ese señor iba haciendo operaciones, tipo scalping. Yo me iba fijando en su cara, en su expresión, ¿le ha dolido cuando ha perdido?, ¿ha mostrado alegría en ese trade positivo? La verdad es que hacía alguna exclamación, pero no notaba que le afectara mucho, ni para bien, ni para mal. Entonces, el entrevistador le preguntó en un momento dado: «¿qué sientes?». Dijo: «nada».
Era mi ídolo, el trader y el protagonista de la película, ambos. Tenía que conseguir ese poder como fuera, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo.
Han pasado ya, dos o tres años desde entonces. No me he convertido en un ser sin sentimientos, eso, os aseguro que no. Ni los puedo dejar en la otra habitación, mientras estoy operando. Pero sí, ya no siento apenas nada cuando gano o pierdo. Digo apenas, porque es imposible no sentir absolutamente nada. Pero lo que desencadenaba que yo me sabotease a mi misma en el trading, lo he eliminado.
¿Cómo se elimina?
Primero de todo, haciendo trading. ¿Curioso, no? ¿Os acordáis de la película «La historia interminable»? ¿Os acordáis al final de ella, cuando Atreyu le dice a la Emperatriz Infantil, muy decepcionado, que todo el viaje que había realizado, la muerte de su caballo, todas las penurias por las que había pasado, no habían servido para nada? Fantasía había desaparecido. Y ella le dice, que se equivoca, que la solución la ha traído con él, sin él ni siquiera saberlo.
Pues esto, más o menos, es lo que ocurre en el trading. Éste es un viaje hacia tu interior, donde esas emociones que en tu vida cotidiana van apareciendo, pero no las trabajas porque ello duele y no hace falta, aquí salen por todos tus poros de una forma exponencial y te hacen fracasar.
Y aquí, en el trading, las descubres, porque las has de sacar de ti mismo, ponerlas encima de la mesa, mirarlas de frente y decirles: «NO PODRÉIS CONMIGO».
Y entonces, día tras día, pondrás foco en cada una de ellas e irás buscando su solución. Trabajarás y trabajarás en esa gestión y llegará un día que serás consciente que ya no sientes apenas nada y no sabrás ni cómo has llegado hasta allí.
Y esa es la magia del trading, el viaje hacia el descubrimiento de ti mismo y la batalla a la que te vas a tener que enfrentar si quieres lograr la consistencia.
Un artículo de investing.com