El sector aeronáutico se expandió mucho desde la crisis financiera de 2008 gracias a un continuo aumento en el número de pasajeros, duplicando incluso la tasa de crecimiento en 2016 y 2017. Este sector se caracteriza por el alto poder que tienen los clientes sobre el precio, que ha hecho que las empresas se vean forzadas a reducir márgenes para bajar costes y ser más competitivas.
Sin embargo, desde finales de 2018 se encuentra condicionado por las tensiones comerciales que está habiendo a nivel mundial, por el Brexit y los crecientes sentimientos nacionalistas. Esto está afectando negativamente a dos variables macroeconómicas de la UE de gran importancia, el IPC y el PIB, que están disminuyendo desde principios de 2018.
En el caso del IPC, éste ha disminuido por la bajada de las presiones inflacionistas: la caída del precio del petróleo desde finales de 2018 (se estima que seguirá bajando), las tensiones en el comercio mundial y la depreciación del euro. Sin embargo, existen fuerzas opuestas con la subida de los salarios y el alza de los precios de las materias primas no energéticas y de los precios subyacentes.
En cuanto a los PMI, el PMI manufacturero, al igual que el PIB, ha mostrado una contracción desde principios de 2018, situándose por debajo de 50 desde hace dos trimestres y, en cambio, el PMI de servicios, aunque también ha disminuido desde principios de 2018, se encuentra todavía por encima de los 50.
Aunque lo anterior invita a pensar en una disminución en la estimación de la tasa de crecimiento de pasajeros, las perspectivas sobre el número de pasajeros indican una continuación del crecimiento.
Se añade más lastre a la evolución del sector
Con este crecimiento de número de vuelos y de demanda, el tráfico de aviones cada vez ha ido generando más contaminación acústica y de polución. Las grandes inversiones para su disminución han tenido efecto en las estimaciones de la acústica donde se espera una reducción para los siguientes años. No pasa lo mismo con las estimaciones de gases contaminantes.
Aunque de 2014 a 2017 la media de gasolina quemada ha disminuido un 24% por pasajero y kilómetro volado (un 2,4% por año), debido al continuo incremento en número de vuelos, desde 1990 a 2016, las emisiones se han incrementado más de un 95%. Además, según el pronóstico de aumento de viajes, la tendencia irá en aumento.
Es por ello por lo que el gobierno francés ha decidido aplicar una ecotasa a los vuelos a partir de 2020, la cual será aplicable para los vuelos que despeguen desde Francia y progresiva desde 1,5 hasta 18 euros. Esto podría afectar al número de pasajeros de vuelos que salen de los aeropuertos franceses, que representan en torno a un 20% y 21% del total de vuelos europeos (datos de 2008 a 2017).
Esta decisión de la ministra de Transportes tuvo un efecto negativo ayer en las aerolíneas de la zona euro y es una cosa más que dificulta la evolución positiva de esta industria a corto plazo. La repercusión que tendrá en los precios de los billetes hará que las compañías se puedan ver obligadas a disminuir aún más sus márgenes en la lucha por los precios bajos, pudiendo suponer un reto mayor para algunas compañías y un aumento de la cuota de mercado para las más grandes del sector.
En conclusión, el sector europeo de las aerolíneas se encuentra influenciado por una desaceleración de la economía y por las tensiones geopolíticas que pueden afectarle a corto plazo, pero las estimaciones de una continuación del crecimiento de pasajeros y los sólidos fundamentales de sus principales empresas dan pie a esperar un aumento de la rentabilidad a largo plazo.
Un artículo de investing.com