¡Cómo pasa el tiempo y qué larga y dura es la espera! El 31/12/1998 el Ibex cerraba en los 9.800 puntos. Veinte años después estamos sobre los 9.200 puntos lo que nos deja el desolador panorama de veinte años de rentabilidad cero en la Bolsa para un inversor que se haya mantenido en el mercado desde entonces. En el Ibex es particularmente patente la ausencia de una tendencia definida que se ha acentuado desde 2015 en que se mantiene en un movimiento entre los 8.000 y los 12.000 puntos aprox. El peor comportamiento relativo del Ibex se explica por un lado por el fuerte peso del sector bancario que ha tenido un comportamiento muy negativo en los últimos años. Por otra parte, también hay que tener en cuenta el elevado nivel de los dividendos que al descontarse de las cotizaciones penalizan en apariencia la rentabilidad de un índice. En este caso, sin embargo, esa rentabilidad se obtiene por una vía diferente por lo que a efectos de comprara rentabilidades es conveniente utilizar índices de retorno total que incorporen los dividendos.
Si incluimos los dividendos la rentabilidad del Ibex desde 1998 habría sido del 3,3% anual, una rentabilidad modesta pero no despreciable teniendo en cuenta las crisis que hemos atravesado en estos años y el entorno de tipos de interés cero que hace que un 3% de rentabilidad sea relativamente atractivo. Una forma mejor de obtener una mayor rentabilidad además de disminuir la volatilidad de la cartera en estos años sería haber tenido una diversificación razonable entre bonos y acciones. En estos veinte años se ha dado la paradoja de que la renta fija ha dado una rentabilidad superior a la renta variable. En concreto una cesta de bonos del tesoro españoles a plazos diversos habría dado una rentabilidad del 5,7% anual, suavizando además en buena medida los retrocesos de la Cartera en las fases bajistas de la bolsa como se aprecia en el gráfico siguiente.
La rentabilidad del bono español a 10 años cae a mínimos históricos del 0,85% anual. El diferencial con el Bund alemán se estabiliza sobre los 100 puntos básicos.
El ciclo en EEUU. Indicadores cíclicos como el ISM (un índice tipo PMI) marcaron un techo a lo largo de 2018 y se encuentran ahora en fase de desaceleración. Su última lectura de 52,3 puntos sería consistente con un crecimiento del PIB sobre el 2,5%. Al igual que ha sucedido en Europa es probable que la desaceleración se algo mayor en próximos meses y este indicador caiga hacia el nivel de los 50 puntos. Aunque la subida reciente de la Bolsa parece descartar que la economía norteamericana esté en riesgo de recesión, la posición de debilitamiento de los indicadores cíclicos sería un argumento más a favor de un proceso de corrección/consolidación en las Bolsas en próximos meses.
La fase lateral de la Bolsa americana durante 2018 se corresponde con la desaceleración que están señalando ahora los indicadores cíclicos. Probablemente el suelo de la corrección ha quedado atrás, pero es posible más consolidación lateral en espera del suelo en los indicadores.
El LEI apunta a desaceleración del PIB en próximos trimestres.
Nicolás López Medina, M& Valores
La Carta de la Bolsa