Una serie de datos positivos publicados en Estados Unidos extendieron la sensación de alivio en los mercados, que se había iniciado el miércoles al mediodía.
Tuvimos una semana con anuncios impactantes: mientras antes del inicio de operaciones el presidente de Estados Unidos extendió los aranceles a las importaciones desde China a todos los bienes no alcanzados aún, desde la segunda potencia global le respondieron con medidas similares por 60 millones de dólares, y una advertencia: si se mantiene este clima casi bélico, los bonos del Tesoro serán vendidos.
De todas formas, esa es una amenaza que no tiene mucho asidero. Si bien los papeles estadounidenses caerían en gran forma, los principales perjudicados serían los propios chinos, que son los principales tenedores de los mismos. Si ellos mismos quieren desprenderse de un bien del cual son los primeros tenedores, forzarán una caída de su precio a valores poco fácil de anticipar, y las pérdidas serían monstruosas.
Por otra parte, Estados Unidos financia su déficit con bonos que compran los chinos con su superávit comercial con Estados Unidos, haciendo que los dólares regresen a América. Un verdadero laberinto que demuestra lo dependiente que es un país del otro. Y si uno perjudica al otro, ambos se verán perjudicados de igual forma.
La postergación de la puesta en marcha de aranceles a las importaciones de vehículos desde Europa cambió levemente el clima de pesadumbre reinante. En la víspera, la publicación de datos de ganancias pendientes encendió algo de optimismo en los inversores, que terminaron premiando al dólar, y a las acciones de Wall Street.
En cambio, la libra Esterlina empeora su situación, y más allá de alguna corrección puntual, no hay motivos para pensar en un cambio de tendencia. Es un hecho que Theresa May se va de su cargo el mes próximo, y el problema no es ese, sino quien la reemplazará. Los candidatos no parecen muy presentables, y menos aún capaces de generar confianza en los mercados, que siguen castigando a la libra. Si la situación se mantiene, la cota de 1.2500 aparecerá cercana en precio y en tiempo.
En cuanto al calendario del día, la publicación del índice preliminar de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan será el único hito importante. El dato no es tan impactante en los precios como en las expectativas que genera, y el dólar, salvo algún cambio repentino del humor de los mercados, tiene en sus manos la posibilidad de terminar esta particular semana con fuertes ganancias en varios frentes. Para muestra, solo hay que ver el desplome de la onza de oro.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College