La Reserva Federal dejó sin cambios, como estaba previsto, su tasa de interés de referencia, en un rango que va hasta el 2.5%. Sin embargo, el discurso del presidente de la entidad, Jerome Powell, estuvo lejos de sus palabras conservadoras de las anteriores presentaciones, a fines de enero y marzo respectivamente.
Powell enfatizó que, si bien está justificada la postura moderada de la Fed de cara al resto del año, algunas cifras positivas de otras latitudes ayudan a pensar en un futuro menos oscuro para la economía global.
No le falta razón a Powell. Las cifras de manufacturas y de balanza comercial de China alivian el panorama global, así como algunas variables conocidas en Alemania días atrás que, pese a que se mantienen en mínimos de varios años, muestran que la caída de la principal economía europea no es tan profunda como se esperaba.
Por otro lado, la postergación del Brexit, que ya no volverá a tener el formato duro que se preveía hasta el 29 de marzo pasado, también genera una sensación de alivio. Una salida a los portazos de la Unión Europea hubiera generado caos en Reino Unido, y por propiedad transitiva, en otros bloques importantes.
En cuanto a la economía estadounidense, Powell dijo que espera un crecimiento de la misma en 2019, en línea con lo conocido el viernes pasado: el PBI del primer trimestre ofreció cifras muy por encima de las expectativas.
El dólar reaccionó positivamente a las palabras de Powell. Pese a la baja inicial, lógica luego de que el banco central no moviera la tasa de interés pese a que era algo ya descontado, el billete logró vencer la resistencia del euro, que cayó de 1.1200, zona en la que se mueve en estos momentos. La libra Esterlina, en tanto, también cedió posiciones rápidamente, al tiempo que el yen, que se encaminaba al objetivo de 110.70, volvió sobre sus pasos para cotizar ahora mismo en un inexpresivo nivel de 111.45, en medio de la nada, sin pistas para lo que sigue.
La libra Esterlina, además, se vio hace minutos afectada por la decisión de política monetaria del Bank of England, que no solo dejó sin cambios la tasa de interés en el 0.75%, como estaba previsto, sino que recortó sus previsiones de inflación para el año en curso. De esta forma, la moneda británica no deja de sumar sustos, que la hacen trastabillar a diario.
Queda por delante la presentación del Gobernador del BoE, Mark Carney, que puede darle un nuevo golpe a la alicaída libra. Con mucho esfuerzo, se mantiene por encima de 1.3000, aunque con una clara tendencia bajista de corto plazo.
El discurso de la Fed se sintió fuerte en el oro. La onza perdió 14 dólares mientras hablaba Powell, y se acerca de este modo a 1266 dólares, el mínimo del año que tocó pocos días atrás. El quiebre de este nivel lo llevará directamente a 1261 dólares, línea de tendencia alcista medida en el gráfico diario, proveniente de los mínimos de 2018 en 1160 dólares, desde donde esperamos un rebote. Si también quiebra este nivel, y confirma ese quiebre, el oro no ofrecerá su mejor brillo en los próximos meses.
Powell también hizo caer a Wall Street. La Bolsa de Nueva York preparaba otra fiesta de liquidez, pero el funcionario nubló la alegría de los operadores, que antes se arreglaron para llevar a los índices a máximos históricos o anuales, según el caso. De todas formas, todos ellos mantienen nítidas tendencias alcistas, y finalmente Powell no dijo algo tan grave. Solo expresó su esperanza de que a su país le vaya bien.
Y el acuerdo de Estados Unidos con China que termine con la guerra comercial? Esa será otra historia, tal vez la semana próxima haya alguna novedad.
El jueves asoma como un día de transición. No esperamos cambios grandes en las tendencias de los pares principales, a la espera del dato de empleos de Estados Unidos de abril, que se conocerá el viernes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College