En el momento en el que nos encontramos, es una realidad que los Bancos Centrales tienen que hilar muy finos para no añadir más presión a las economías y los mercados. Veamos qué podemos esperar de los principales Bancos.
- – Reserva Federal de Estados Unidos: se vio obligado a cambiar su hoja inicial de ruta que consistía en varias subidas de tipos de interés para este año. Mientras el crecimiento global parece inestable, los inversores ven mayores probabilidades de un recorte en las tasas antes que un aumento. Pero tres miembros se han pronunciado. Patrick Harker (Fed Filadelfia) dice que nunca se sabe pero no lo prevé para este año o el próximo. Loretta Mester (Fed Cleveland) indica que si la economía se desarrolla como ella espera la tasa podría necesitar moverse un poco por encima de los niveles actuales. Eric Rosengren (Fed Boston) observa que el próximo movimiento de tipos es más probable que sea al alza que un recorte a la baja.
- – Banco Central Europeo: en marzo, la entidad reconoció el alcance de la desaceleración de la zona del euro y trató de aliviarla con una nueva ronda de préstamos baratos para bancos y una promesa prolongada de que los tipos de interés se mantendrían bajos. Esta promesa de que las tasas de interés no subirán en 2019 significa que Draghi no las elevará antes de que termine su mandato a principios de noviembre. Varios candidatos están compitiendo para reemplazarle, pero la elección del presidente aún no está determinada.
- – Banco de Japón: más de un tercio de los observadores del BOJ ahora piensan que el próximo movimiento de Kuroda serán medidas adicionales de alivio en lugar de un paso hacia la normalización monetaria. Además de todo esto, una subida del impuesto sobre las ventas se avecina más adelante en el año, lo que aumenta el riesgo de una contracción económica. Considero que el BOJ mantendrá la actual política monetaria sin cambios hasta mediados del 2020.
- – Banco de Inglaterra: los mercados no prevén una subida de tipos de interés hasta bien entrado el 2020. Al igual que las muchas empresas del Reino Unido, el BOE parece estar esperando el Brexit antes de realizar grandes movimientos.
- – Banco de Canadá: con cinco aumentos en las tasas de interés desde el año 2017, el Banco había sido uno de los pocos en embarcarse en una escalada sostenida. La reciente desaceleración económica mundial y un sector de viviendas chirriante en Canadá han aumentado las posibilidades de que el proceso de normalización haya llegado a su fin.
- – Banco de China: la expectativa de una mayor flexibilización monetaria ha retrocedido un poco, ya que la economía muestra algunos signos de recuperación y las negociaciones comerciales con Estados Unidos avanzan. La inflación podría acelerarse cerca del techo del 3 por ciento por primera vez en varios años en medio de los crecientes precios de la carne de cerdo.
- – Banco de Australia: la entidad se enfrenta a la presión para reanudar el recorte de las tasas de interés. Uno de los pocos apoyos para mantener la actual política es que el desempleo ha caído por debajo del 5 por ciento por primera vez en ocho años. pero los precios de la vivienda en Sydney se han desplomado y la economía se desaceleró en la segunda mitad del año pasado. El gasto del consumidor, que representa casi el 60 por ciento del PIB, se ha debilitado a medida que los hogares luchan bajo una fuerte carga de deuda y los salarios están estancados. Por ahora, el Banco de la Reserva de Australia parece inclinarse por dejar las tasas sin cambios este año, pero se espera recortes de tasas, tal vez dos movimientos, en los próximos 18 meses.
- – Banco de Suiza: el BNS está casi seguro de mantener su política monetaria actual que consiste en las tasas de interés más bajas de cualquier banco central importante y una promesa de intervenir en los mercados de divisas si es necesario.
- – Banco de Suecia: la entidad elevó las tasas en diciembre por primera vez en siete años y ha indicado que volverá a ajustarse a finales de este año. Pero están empezando a crecer las dudas sobre si podrán hacerlo en medio de la desaceleración del crecimiento económico y la desaceleración de la inflación.
- – Banco de Noruega: el mes pasado elevó las tasas por segunda vez desde septiembre y señaló que otro aumento podría llegar en junio. La economía del mayor productor de petróleo de Europa occidental se está beneficiando de del alza en los precios del crudo y el desempleo está por debajo del 4 por ciento, mientras que la inflación está por encima del objetivo. La corona noruega ha permanecido débil hasta ahora a pesar de la fortaleza económica del país, lo que le da al banco central más espacio para aumentar las tasas sin perjudicar las exportaciones.
- – Banco de Nueva Zelanda: ha puesto en marcha un recorte de tasas de interés. Este giro se ha debido a una perspectiva de crecimiento global más débil y los riesgos de que la desaceleración de la demanda interna frene la inflación. A menos que se produzca un cambio brusco de este escenario, parece probable un recorte de 25 puntos básicos en el segundo trimestre del año.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es