Más de la mitad de los clientes españoles está pensando en cambiar de banco. En concreto, un 57% según se desprende del Informe Mundial de Banca Retail 2012 elaborado por las consultoras Capgemini y Efma. La mala calidad del servicio, las comisiones y los tipos de interés estarían detrás de la decisión de cambiar de entidad.
Cambiar de entidad no es nada difícil y puede resultar, además, muy rentable ya que los escaparates de la mayoría de las entidades financieras, se llenan de ofertas destinadas única y exclusivamente a la captación de nuevos clientes.
No obstante, antes de tomar la decisión de cambiar de entidad, no está de más valorar varios factores:
1. Muchas de las ofertas «tentadoras» de las entidades para captar el pasivo de los ahorradores son sólo durante un plazo de tiempo inicial. Pasado ese espacio de tiempo puede que los productos que le ofrezcan por cambiar de entidad no sean tan atractivos.
2. Mantenerse en un mismo banco también puede resultar ventajoso, sobre todo, si está pensando en pedir una hipoteca o un préstamo personal en el corto o medio plazo. Si el cliente tiene un «historial» en el banco será más fácil que le ofrezcan condiciones más favorables de las que le podría ofrecer una nueva entidad aunque en ella domicilie la nómina o los recibos.
3. Informarse en la nueva entidad cuáles son las comisiones y los tipos de interés.
4. Es importante, también valorar la comodidad para desplazarse a la nueva sucursal, los cajeros de esta sucursal en su ciudad o barrio y el servicio de banca por Internet.
Si una vez que ha valorado estos factores sigue decidido a cambiar de banco sepa que los pasos a seguir para hacerlo son sencillos:
1. Lo primero que hay que hacer es abrir una cuenta en la entidad que se elija: la sucursal elegida ayudará al cliente a realizar los trámites y le informará de los pasos a seguir para poner fin a su relación con la antigua entidad.
2. Cambiar la domiciliación de la nómina o pensión de una entidad a otra. Es importante valorar qué entidad te ofrece más beneficios por domiciliar tus ingresos allí.
3. Cambiar todas las domiciliaciones de los recibos: este trámite lo puede realizar la nueva entidad o el propio cliente. Desde las asociaciones de consumidores se aconseja prestar especial atención a este punto y no olvidarse de los recibos que llegan a su domicilio con menos frecuencia, como los seguros, o los impuestos, tales como el IBI o la tasa de basura, etc..
4. Anular las tarjetas: para ello hay que acudir a la antigua sucursal y pedir que le anulen todas las tarjetas. Puede ocurrir que el banco no lo haga hasta que el cliente no haya liquidado todos los pagos que tenga pendientes. Es importante anular todas las tarjetas porque de lo contrario, el banco le seguirá cobrando las comisiones. Desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) se recomienda que, al anular las tarjetas, se pida al banco que le restituyan la parte proporcional de la cuota anual y lo mismo con la comisión de mantenimiento de la cuenta. No obstante, puede que el banco no lo haga porque, en algunos contratos, se especifica que en caso de cambio de entidad, el cliente no tiene derecho a ninguna devolución.
5. Cancelar la cuenta: para cancelar la cuenta es necesario que se personen en la antigua entidad el titular o titulares de la cuenta con el DNI. Antes de efectuar la cancelación de la cuenta hay que sacar el dinero que hay depositado en ella. Se puede sacar en metálico -si la cantidad no es muy elevada- o a través de una transferencia o cheque. En ocasiones, la cancelación de una cuenta bancaria acarrea una penalización pero siempre es mejor pagar la penalización que dejar la cuenta abierta ya que ésta seguirá generando unos gastos que resultarán en un saldo deudor.
6. Es conveniente esperar un tiempo entre la apertura la nueva cuenta y la cancelación de la antigua: es recomendable esperar a comprobar que le cargan correctamente los recibos y la nómina en la nueva cuenta antes de cancelar la antigua.
Se recomienda tener la mayoría del capital en un banco y una pequeña parte moverla con libertad para beneficiarse de las ofertas del mercado en cada momento. En la actualidad, y ante la necesidad de captar liquidez que tienen las entidades financieras, están apareciendo ofertas de depósitos a plazo con rentabilidades muy suculentas, cercanas al 5% TAE y destinadas, en su mayoría, a dinero nuevo procedente de otra entidad.
Lo mismo ocurre con las cuentas nómina. Regalos, exención de comisiones o devolución de un porcentaje de los principales recibos serían, entre otros, los beneficios que se encontraría un cliente que decidiese cambiar la nómina de entidad. Pero, tal y como hemos dicho anteriormente, se recomienda estudiar con calma todas estas ofertas ya que, algunas, sólo ofrecen estos beneficios durante un corto espacio de tiempo.
Información facilitada por Bankimia