Las bolsas europeas cerraban la semana con subidas en torno al +2% impulsadas principalmente por las renovadas expectativas de que se alcanzará finalmente un acuerdo en materia de política comercial entre Estados Unidos y China. El viernes fue un día clave, ya que Estados Unidos estaría dispuesto a ofrecer un recorte de aranceles al gigante asiático en la ronda de negociaciones de finales de enero, mientras que China se comprometía a reducir la brecha comercial que mantiene con los norteamericanos.
Esta noticia ayudaba a impulsar a la renta variable mundial durante la semana, de ahí que en el poco tiempo que llevamos de año 2019, las revalorizaciones de los principales índices bursátiles son interesantes. Por ejemplo, el índice italiano FTSE MIB sube un 7,6% este año, el mejor rendimiento entre los principales mercados europeos, sobre todo ayudado por las ganancias de la empresa de servicios petroleros Saipem y por la nueva incorporación, la Juventus Football. Por su parte, el índice del mercado suizo está muy cerca, gana un 7,1% en el ejercicio. Pero a nivel mundial el liderato lo ostenta el mercado de Austria que sube un 8,8%. Otros mercados relevantes son el índice canadiense S&P/TSX que sube un 6,9% (su mayor incremento desde el año 1980, en 1987 se alzaba un 6,7%) tras caer en 2018 un 12%. El Ibex 35 español sube un 6,2%, el Dax 30 alemán un 6,1%, el FTSE 100 británico un 3,6% y el Cac 40 francés un 3,1%.
Sí, puede chocar que el liderato en Europa se lo esté llevando el mercado italiano tras todo lo acontecido el pasado año con el pulso entre el Gobierno populista y la Unión Europea. En realidad, recuerda a lo acontecido hace un año, porque la renta variable italiana tuvo un buen comportamiento en el primer semestre y en el segundo se acabó el juego. Este buen comportamiento que está disfrutando en este comienzo del año se debe básicamente a la distensión entre el Gobierno del país y la UE en lo concerniente al presupuesto, lo que ha llevado a que el dinero regrese a la Bolsa aprovechando también que las acciones están a mejor precio. De todas maneras, cuidado con lanzarse de cabeza al monte, y es que las preocupaciones de su sector bancario siguen vigentes. En el gráfico pueden ver el índice sectorial bancario italiano y el desplome que sufrió en 2018.
Tenemos que ser capaces de ver el fondo del bosque, que los árboles no nos impidan ver la realidad. Sí, hemos empezado bien, no hay que ser derrotistas, pero sería irresponsable obviar e ignorar lo que todavía tenemos por delante: la inestable coalición política de Alemania; el poder perdurable del populismo; las preocupaciones sobre la presencia de China y Rusia en la Unión Europea; el gobierno francés limitado por las protestas de los chalecos amarillos; el gobierno italiano, pese a que cedió a la presión de los mercados para llegar a un acuerdo con la Comisión Europea sobre sus planes presupuestarios, tiene un camino muy complicado con una pesada carga de deuda, bancos débiles y escaso crecimiento (de hecho el Banco de Italia dice que la economía puede haberse encogido en el cuarto trimestre de 2018, lo que significaría que Italia entra en recesión); España con demasiados problemas internos como un gobierno minoritario, el órdago de los independentistas en Cataluña, varios comicios en los próximos meses; el Brexit, la guerra comercial de Trump con China; la desaceleración económica en China y Alemania.
Y es que todos estos problemas se producen en un momento en que la Unión Europea debe tomar medidas decisivas, por ejemplo, el próximo presupuesto. Pero habría que añadir el de las diversas elecciones en los distintos países del mundo. El siguiente gráfico es muy descriptivo al respecto.
Gráfico: Thomson Reuters
La cuestión es que el impulso está disminuyendo en las principales economías del mundo, según un indicador que la OCDE utiliza para predecir los puntos de inflexión. El indicador, que como digo está diseñado para anticipar los puntos de inflexión con seis o nueve meses de antelación, ha estado disminuyendo desde principios de 2018 y volvió a caer en noviembre.
Respecto a los bancos centrales, se sigue confirmando que la FED podría frenar su proceso de normalización. Por un lado, Richard Clarida señalaba que la entidad podría subir los tipos oficiales menos de lo proyectado en la última reunión (dos subidas). Por otro lado, Charles Evans decía que no hay que preocuparse demasiado por si la inflación repunta y que tienen que ser paciente de cara a las siguientes subidas de los tipos oficiales a pesar de la solidez económica y del mercado laboral.
En cuanto al BCE, según una encuesta publicada por Reuters, la entidad retrasará su primera subida de los tipos oficiales debido a que los riesgos de entrar en recesión aumentan.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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