La enitdad lidera las subidas del sector en este inicio de año. El patrón técnico muestra, sin embargo, una tendencia bajista.
Por Miguel Momobela (XTB)
Tras un año no muy favorable para la banca española, influenciada por un entorno de tipos prácticamente inalterados y el programa de compra de deuda del BCE ajustado al milímetro, se ha demostrado cierta turbulencia en el sector, únicamente soportada por las principales entidades españolas como Banco Santander, BBVA o Bankinter. BBVA acumula en apenas tres sesiones del año una revalorización del 1,5%, lo que le erige como primero de su categoría y cuarto con mejor evolución en el Ibex 35.
Tras un 2018 con notables caídas, principalmente fundamentadas en la severa depreciación de la lira turca en un escenario de tipos desalentador para Turquía (que influyó negativamente en la evolución de Garanti, la filial turca del banco azul), su pérdida de valor desde los 7 euros a los que cotizaba en el mes de enero hasta sus actuales 4,70 euros (un 33% de pérdida aproximadamente) se traducen en un nuevo reto para la entidad.
Como se observa en la cotización de BBVA, la evolución en la segunda mitad de 2018 muestra un canal bajista con ciertos niveles de precio a batir. El primero de ellos está situado en 5,10 euros, que podría alcanzarse en el medio plazo atendiendo a los cruces de medias móviles exponenciales a 8 y 33 sesiones. La estructura de máximos decrecientes se mantiene aproximadamente desde finales de julio, mostrando una evolución negativa que, pese a sus buenos resultados empresariales en términos globales, al líder de la digitalización bancaria le costará revertir.
El análisis fundamental muestra un PER de 8,53 veces, un retorno sobre el capital del 9,40% y un margen de beneficio neto cercano al 12%, cifras que sin duda reflejan los esfuerzos de la entidad por manternerse a la vanguardia en un sector cambiante y cada vez más exigente por parte de los inversores.
El banco azul se enfrenta a un delicado reto tras su pérdida en un 33% del valor de sus acciones en 2018. El patrón técnico, atendiendo a los cruces de medias móviles a 8 y 33 sesiones (los más significativos observados en los meses de febrero, mayo, julio y septiembre), muestra una tendencia claramente bajista cuyo máximo de 2018 se cifró en 7,62 euros por acción en enero, observándose el siguiente techo ya en 6,85 euros aproximadamente a finales de abril antes de comenzar a acentuarse la caída. La posibilidad de un cambio de tendencia al alza se solidificaría si la acción consigue pasar la barrera de 4,80 euros, situándose la siguiente línea de resistencia más sólida en los 5,10 euros.