Cuando todos la daban (la dábamos) por vencida, la líder británica Theresa May salió airosa de la moción de censura que le impuso el Parlamento, incluyendo a los miembros de su propio partido.
May se fortaleció, al menos en el corto plazo, al vencer en la votación que la hubiera dejado en la calle en caso de un resultado adverso. La mandataria fue clara en el medio del laberinto del Brexit: “Yo me voy, pero ustedes que harán? Cambiarán a un Primer Ministro por otro cuando faltan tres meses para la salida de la UE?”
El razonamiento, bastante simple, sirvió en parte para salvar su investidura, lo que igualmente en modo alguno significa que el Brexit vaya a ejecutarse con el acuerdo al que llegó May con la UE semanas atrás, y en verdad ni siquiera se sabe si finalmente se ejecutará bajo cualquier otro formato.
El título de esta columna alude, en un juego de palabras, a la frase que dejó meses atrás la propia Theresa May cuando, ante ciertos cuestionamientos acerca del divorcio entre Reino Unido y el resto de Europa, dijo: “Brexit significa Brexit”. Ella misma parece ahora representar dicha afirmación, pero con muchos factores en contra.
La libra Esterlina pasó por altibajos muy marcados: después de llegar a un nuevo mínimo desde abril de 2017, ganó más de 200 puntos ante la posibilidad de que May perdiera su cargo y el Brexit se demorara sin fecha cierta; pero no cayó como podría haberlo hecho ante la victoria de May, con los mercados tal vez esperando una mayor precisión acerca de lo que viene, que realmente no luce sencillo de anticipar, ni en los hechos ni en las consecuencias que estos tengan sobre la economía británica.
El resto del mercado pasó un día casi de vacaciones, con movimientos muy moderados. El euro ganó algunos puntos, pero no sale de un rango estrecho de precios, a la espera de la reunión del BCE de este jueves; el dólar canadiense sube y baja al ritmo del petróleo, al igual que el dólar australiano con las noticias de China, que lo llevan por encima o por debajo de 0.7200 hora tras hora; el yen, en tanto, parece fortalecerse por momentos, pero cae sin atenuantes ante alguna noticia positiva -que no abundan- de cualquier latitud.
Para ayudar a despertar al mercado de nuevo, estará el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que a partir de las 8:30 brindará su habitual conferencia de prensa, posterior a la reunión de política monetaria ya mencionada.
Descartado cualquier aumento de tipos de interés, la pregunta de los mercados es si efectivamente la entidad finalizará con el plan de estímulo a la economía, tal como lo anticipó el propio Draghi días atrás. Se espera además que hable de algún aumento de tipos para fines de 2019, y que brinde alguna precisión acerca del conflicto entre la UE y el Gobierno de Italia. Al respecto, parecen avanzadas algunas negociaciones que podrían llevar a buen término este problema.
El euro, claro está, se verá impactado por los dichos de Draghi, y hasta podría observar un impulso alcista importante si el funcionario se muestra apenas optimista. La moneda única no tiene muchos motivos para crecer, salvo alguna apreciación del BCE, más aún cuando dentro de una semana la Fed volverá a elevar la tasa de interés, lo que ampliará la brecha entre la misma y la del BCE.
En cuanto a los mercados bursátiles, parecen exhibir un mejor ánimo que días atrás: por un lado o por otro, el Brexit ya está en días de definiciones, el conflicto de Italia va camino a solucionarse, Macron pareciera calmar las violentas protestas en su contra, las negociaciones entre Estados Unidos y China tuvieron algunos avances, y el petróleo no cayó y tampoco aumentó; todo esto constituye una suerte de limbo, del cual los mercados saldrán pronto. Que sea de la mejor manera.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes
Adrián Aquaro
Trader College