Una semana muy turbulenta es la que finaliza para los mercados financieros, en la que hubo dos protagonistas principales: los bonos del Tesoro y las acciones de la Bolsa de Nueva York.
Mientras los bonos a 10 años rozaban el 3.30% de rendimiento, el dólar mantuvo una firmeza que se hizo más que tangible ante el euro, el franco suizo y la libra Esterlina, aunque la búsqueda de refugio por ciertos temores que comenzaban a entrar en los mercados por el rebrote del conflicto de Estados Unidos con China le dieron fuerza al yen; sin embargo, a mitad de semana toco comenzó a cambiar: los bonos no superan ahora el 3.18%, y entró en escena la bolsa, con una caída estrepitosa que hizo temblar al resto de los mercados globales.
El desplome de Wall Street hizo reavivar los fantasmas de crisis pasadas, pero la situación claramente es distinta. El temor de los inversores es que a causa de que la Fed sigue -y seguirá- elevando los tipos de interés para combatir una inflación que por ahora le queda cómoda (2.2% y creciendo), el crecimiento económico espectacular que está experimentando Estados Unidos comience a frenarse. Sería algo natural que algo de esto suceda en el futuro, aunque no parece que haya tantos motivos para alarmarse; lo que crece Estados Unidos lo está pagando China, con una desaceleración importante, producto de los aranceles impuestos por los primeros hace pocos meses. La anunciada reunión entre los líderes de ambos países podría ponerle paños fríos a este tema durante algunas semanas.
Algo más de tranquilidad les trajo a los mercados el anuncio de que el Brexit finalmente llegaría a buen puerto. Con la cumbre de la UE a la vista, es importante para Reino Unido tener un acuerdo casi terminado, y evitar contratiempos de última hora. Theresa May ha dejado de hablar acerca de un no acuerdo mejor que un mal acuerdo, y parece volcarse a otras alternativas más beneficiosas. La libra Esterlina, vapuleada como pocas veces en los últimos meses, ha entrado en una pausa, cerca de 1.33, con tendencia bajista para este viernes, pero más producto de la fortaleza que comienza nuevamente a exhibir el dólar que por debilidad propia.
Algo similar a lo que sucede con la libra ocurre con el euro. Luego de superar 1.1600, cae ligeramente en la sesión europea, después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, hablara de un crecimiento sustentable de la Eurozona, pero al que le hará falta financiamiento. En otras palabras, no se puede descartar que haya una extensión del plan de estímulo en la primera parte de 2019, y no habría de este modo aumentos de tipos de interés en septiembre, como se había mencionado.
El yen detuvo su marcha alcista en un soporte importante, debajo de 112.00, ante un ánimo un poco más relajado de los mercados; claro que entró en acción otro activo de refugio, como el oro, que ganó más de 30 dólares en poco más de un día, y se instaló cómodamente por encima de 1220 dólares en estas horas.
El dólar tiene un buen terreno para ganar este viernes. Solo el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan aparece en la agenda del día, pero no tendrá un fuerte impacto en los precios. Con los gráficos de corto plazo de los cruces ante el euro, libra, yen y franco suizo que lo favorecen, la moneda norteamericana podría retomar el control del mercado sin problemas. La única duda es si, siendo viernes, y con las acciones en estado de efervescencia, no habrá algún movimiento fuera de agenda.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.