Todo el mundo que se dedique o pretenda dedicarse al mundo de la inversión en los mercados financieros, independientemente del tipo de producto que contrate, ya sean acciones o derivados, estará acostumbrado a leer y escuchar cómo todo buen trader tiene una metodología a la hora de operar. También habrá oído en múltiples ocasiones que el pero enemigo en nuestras operaciones somos nosotros mismos, y ello es por la propia psicología de la persona.
Sería necesario un gran entrenamiento para que algún día llegásemos a controlar nuestras emociones, tanto positivas como negativas. Yo mismo, después de haber leído hace bastantes años el fabuloso libro «Vivir del trading» de Alexander Elder, donde prácticamente la primera mitad del libro trata sobre la psicología del trader, en su primera lectura me pareció una pantomima, y yo centraba todos mis esfuerzos en buscar indicadores que me dieran entradas buenas, pero el tiempo me puso en mi sitio.
Al poco tiempo de empezar a operar en los mercados con acciones, empecé a especializarme con la operativa en futuros, y llegué a tener un método con más de un 60% de aciertos, pero perdía dinero.
¿Por qué? La respuesta es sencilla: por la misma razón que la gran mayoría de los traders pierden dinero, no porque tengan un mal sistema, que puede ser, sino porque una vez que tenemos el método, no somos capaces de seguirlo en cuanto el precio se da la vuelta en sentido contrario al que predecíamos.
Con el miedo que te entra, las siguientes operaciones tienes dudas y terminas por no entrar, habiendo sido operaciones buenas, y así se va complicando cada vez más, hasta que psicológicamente acabas destrozado, con una total desconfianza sobre tu método y sobre ti mismo.
Esta sensación es mucho más dura en futuros, pues yo realizaba unas 15-20 operaciones al día, siguiendo las gráficas intradía de tres futuros diferentes al mismo tiempo, y me resultaba imposible controlar la euforia cada vez que ganaba, porque en futuros, las ganancias y las pérdidas son cuestión de minutos, incluso segundos, y ganar 300$ en 3 minutos, a ver quién lo controla.
Por otro lado, la mayoría de las operaciones que me salían mal, había acertado en la dirección en más de un 90% de los casos, pero me quedaba fuera por colocar inapropiadamente los stops. El grado de frustración es insoportable, creerme.
Con todas estas experiencias, llegué a la conclusión de que en mi camino por conseguir la independencia financiera, había que ir paso a paso, y llegar a controlarse uno mismo, y para ello dejé los futuros durante una buena temporada.
Recuerdo en mis inicios cómo me subía la adrenalina simplemente por el momento de la compra de un paquete de acciones, y lo mal que lo pasaba ver día a día cómo se movía el precio.
Con el paso del tiempo y con mucha información y experimentando, desde hace años lo hago sin inmutarme. Lo mismo pretendo con los futuros, y será cuestión de entrenamiento, como con las acciones.
Por tanto, mi consejo es que consigáis haceros con un buen sistema de trading, una gestión de capital acorde que os limite el capital disponible en los momentos malos y os permita invertir más cuando estéis en rachas ganadoras, y dicho método deberá estar por escrito, con sus reglas o condiciones numeradas, para que actuéis como meros robots, y no dejéis que la cabeza os juegue malas pasadas.
Repito que mucho más importante que el método es lo rigurosos que seamos en seguir el que tenemos, a rajatabla, sin dudar.