¿Estamos más cerca del impeachment a Trump? ¿Tendremos cambios en la hoja de ruta de la FED? Dos cuestiones importantes que hay que tener claras en el momento en el que nos encontramos.
Reserva Federal y tipos de interés
Los últimos comentarios que llegan desde Wall Street apuntan a que la Reserva Federal tienen la intención de subir los tipos de interés un total de 4 veces este año, lo que quiere decir que en lo que resta de ejercicio los subirían 2 veces (septiembre y diciembre).
Y es que el rendimiento implícito de los futuros de fondos federales subió el martes un 2,36% sin precedentes. El caso es que, como bien pueden ver en el siguiente gráfico, las probabilidades de una subida de las tasas en septiembre son del 98,4%, mientras que para diciembre son del 72%.
Otro gráfico interesante, la probabilidad de que la FED suba los tipos de interés dos veces en lo que resta de año se sitúa en el 71,1%.
La confianza del mercado en las perspectivas de una política monetaria más estricta ha crecido después de una serie de datos que indican que el panorama económico en Estados Unidos es sólido. Tengamos en cuenta que el desempleo ha caído al 3,9% y la inflación superó el objetivo de la FED del 2%. Recordemos que la entidad no ha elevado los tipos 4 veces en un año desde el 2006.
En el segundo gráfico tenemos el Dot Plot (panel que se publica después de cada reunión de la FED con las proyecciones de los miembros del FOMC) para continuar con el lift-off (proceso de normalización de la política monetaria).
Mientras, el sentimiento hacia los bancos, el sector con peor rendimiento, parece estar mejorando, mientras que el sector petrolero podría estar listo para las caídas. Otros sectores que vale la pena observar son los fabricantes de automóviles europeos, estando en el otro lado las acciones de tecnología y minoristas que están perdiendo fuerza.
¿Más cerca o no del impeachment a Trump?
Vuelve a la palestra una palabra importante: impeachment. Se trata sencillamente del proceso mediante el cual se puede llegar a destituir a un Presidente. Concretamente, en el caso de la Constitución norteamericana (está recogido desde su aprobación en el año 1789 se detalla que el presidente, vicepresidente y todos los funcionarios civiles de los Estados Unidos, serán separados de sus puestos al ser acusados y declarados culpables de traición, soborno, abuso de poder, cohecho u otros delitos y faltas graves). la Cámara de Representantes tiene la votación inicial. Si es aprobada por mayoría, el proceso pasa al Senado y para aprobarse la destitución se requiere el voto favorable de dos tercios del Senado. De todas maneras, hay que tener claro que aun en el caso de que un Presidente sea destituido por el impeachment (en cuyo caso no cabe la posibilidad de apelación), no se producirían elecciones, tan sólo habría una sustitución, en este caso la del Presidente por el Vicepresidente.
Pues bien, en las últimas semanas ha vuelto a salir en los medios de comunicación norteamericanos, porque es una realidad que Trump sigue acumulando escándalos, por ejemplo, ya son 5 los ex colaboradores de Trump que se han declarado o han sido declarados culpables de graves delitos desde su victoria en noviembre de 2016, entre ellos su primer jefe de seguridad nacional, el vicepresidente de su campaña y uno de sus principales asesores electorales.
Washington Post lleva días comentando que algunos republicanos podrían no votar en las elecciones del mes de noviembre por todos los charcos que rodean a Trump. Como defensa, el equipo del presidente sigue siendo muy simplón, argumentando que se trata de una caza de brujas, de un hecho beligerante, por lo que intentan concienciar a los republicanos para que se unan más que nunca.
Lo que sucede es que, en mi opinión, a día de hoy, es poco probable por varias razones:
- Los Republicanos controlan tanto la Cámara Baja como el Senado.
- Trump no fue acusado formalmente de cometer crimen alguno, un requisito clave.
- El Congreso estadounidense siempre ha manejado con cautela su potestad de impeachment. De hecho, hasta ahora nunca ha llegado al extremo de destituir a un presidente.
En el caso hipotético de que sí tuviésemos impeachment, veríamos en los mercados volatilidad y ventas, pero de corto plazo (incluso en el caso de Clinton los mercados aguantaron realmente bien, pero las circunstancias eran diferentes). No podemos olvidarnos de que el mercado es resistente cuando la política monetaria es acomodaticia, y podría decirse que todavía es acomodaticia. Las tasas son bajas, el dólar es fuerte y las ganancias corporativas siguen siendo sólidas.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es