Después de largos días de alzas ininterrumpidas, el dólar cayó fuerte el lunes y también en las primeras horas del martes, producto de las declaraciones recientes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En varios ámbitos, Trump se mostró contrario a la política de la Fed y, sobre todo, a las acciones que impulsa su presidente, Jerome Powell, en el sentido de elevar la tasa de interés en reiteradas oportunidades, como una medida de combate a la inflación que ya se encuentra en el objetivo del organismo.
Es sencillo entender lo que reclama Trump, pero es difícil comprender como nadie lo asesora en este sentido. Es obvio que su política de repatriar inversiones, bajar impuestos y proteger su economía va a generar un crecimiento de la misma casi explosivo, como el que estamos viendo en los últimos meses. Pero es claro que todo esto va a generar inflación, y que la Fed tiene como potestad elevar la tasa de interés en un caso como este.
De modo que suena contradictorio lo de Trump, que ya había sufrido, antes de asumir en enero de 2017, un alza de tipos por parte del equipo que en su hora comandaba Janet Yellen, lo que se consideró una jugada política que terminó de enemistar a los dos protagonistas.
Con las Minutas de la última reunión de la Fed previstas para el miércoles, y en las cuales quedará claro que el FOMC piensa elevar la tasa por tercera vez en 2018 en la reunión de septiembre, queda ahora por ver cuan independiente del poder político es la entidad. Powell fue propuesto por Trump al finalizar el período de Yellen, y esto puede tener algún peso, aunque es prematuro pensar en un cambio de política, a riesgo de que la inflación se escape sin remedio, y obligue a la Fed a actuar a las apuradas más adelante.
La reacción de los mercados fue inmediata en contra del dólar. El euro superó sin problemas 1.1500, la libra Esterlina hizo lo propio con 1.2800, y el yen, algo más moderado, se frenó en la zona de 110.00. Nada de esto cambia la tendencia alcista principal del dólar, algo que Trump ve con sumo recelo, mientras los bancos centrales ven como sus monedas comienzan a tomar fuerza sin poder impedirlo, y precisamente a manos del presidente estadounidense.
En el corto plazo, las monedas europeas, y también las vinculadas a las materias primas, asoman muy sobre compradas, pero esto se produce sobre todo por la violencia de sus alzas, y no porque estas se encuentren agotadas. Es evidente que los inversores evaluaron como muy baratos al euro, la libra y el franco suizo, y están aprovechando el momento.
La sesión americana del martes asoma como muy atractiva, con movimientos muy encontrados: los gráficos de 4 horas presentan tendencias desfavorables al dólar, aunque este luce sobre vendido. Pero todo indica que para que retome la iniciativa, a la moneda norteamericana todavía le falta bastante por perder, y unos cuantos días más.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
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