Desde hace unos años hay miedo al mes de agosto, porque ha sumado más llantos que alegrías. A medida que pasa el tiempo los efectos positivos de una política monetaria expansiva son menores y los riesgos aumentan. Los sabios llevan meses advirtiendo de que es relevante tomar la decisión en el momento apropiado. Pero, ¿cómo saber cuál es el momento apropiado?
Los mercados, al menos por ahora, se muestran confusos, con movimientos tácticos muy medidos, con rotaciones controladas entre activos. Mientras, los analistas libran una guerra a brazo partido entre alcistas (el ciclo positivo sigue vivo) y bajistas (el colapso aún es posible). ¿Y qué dicen los actores en los mercados, los que se juegan los cuartos? Los especuladores habían apostado fuerte por el mantenimiento de la calma en los mercados, a pesar de que agosto tiende a traer tormentas, dicen en BBG. Y llegó la crisis turca y su impacto controlado en los emergentes. El mes de agosto ha sido el más volátil durante las últimas 2 décadas, hasta llegar a alcanzar los niveles de volatilidad más altos del año desde 1990. Pero hasta hace semana y media, los posiciones cortas netas de volatilidad habían aumentado hasta el nivel más alto desde diciembre, como se ve en el gráfico adjunto.
Un gráfico de Holger Zschaepitz @Schuldensuehner
Las últimas referencias de importantes firmas de Bolsa señalaban que los inversores están siendo partícipes de un sólido crecimiento de los beneficios empresariales. Según las estimaciones de Fidelity, el crecimiento de los beneficios globales alcanzará este año el 17,3%, para reducirse al entorno del 7,5% en los dos años siguientes. En este sentido, consideran que la rentabilidad por dividendo media de las cotizadas también mejorará en un 2,5% en2018, para seguir aumentando hasta un 3,1% en 2020.
JP Morgan se muestra, del mismo modo, optimista respecto al comportamiento de los mercados durante este verano. Enumera sietenoticias posibles:
- 1) que los temores comerciales no aumenten;
- 2) que los PMIs suban en el segundo semestre;
- 3) que repunte el crecimiento en China;
- 4) que no se recorten las perspectivas empresariales;
- 5) que la Reserva Federal ralentice el ritmo de subidas de tipos;
- 6) que repunte el dólar;
- 7) que la curva repunte antes de invertirse.
Y yo añado, con el permiso de los emergentes.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa