Invertir puede parecer increíblemente complejo a veces. Con el nacimiento de complicadas estrategias basadas en computadoras, cada vez más factores que se descubren cada día, e incluso técnicas más avanzadas como el aprendizaje automático ganan importancia, puede parecer que invertir es algo que no debería intentarse sin un doctorado. Pero debajo de toda esa complejidad hay algunos hechos muy simples que siempre se han mantenido vigentes históricamente y continuarán independientemente de cómo de complejo sea el mundo inversor.
Quizás el más importante de esos hechos es también el más simple: existe una correlación directa entre el retorno y el riesgo.
Si invierte en un bono del Tesoro de EE.UU., espera un rendimiento bastante bajo, pero también puede tener un alto nivel de confianza de que su dinero seguirá allí cuando lo necesite. Si invierte en acciones, puede estar mucho menos seguro de esto último, pero es probable que obtenga un rendimiento mucho mejor a largo plazo.
La relación entre riesgo y rendimiento, aunque no es perfecta, es una de las verdaderas leyes inmutables de la inversión. Sin embargo, esta relación a veces puede ser engañosa. La razón es que no todos los riesgos se compensan con un rendimiento adicional. Algunos riesgos no ofrecen ningún beneficio a un costo significativo. Una de las claves para invertir es evitar estos riesgos a toda costa. Los riesgos que se compensan ya son difíciles de soportar. Agregarles un riesgo innecesario es el camino más directo a menores rentabilidades.
Para ilustrar esto, quería echar un vistazo a algunos de los riesgos no compensados que toman a menudo los inversores, y como pueden reducirse o eliminarse:
1 – Sobreconcentración
Soy un gran creyente en la inversión concentrada. Para aquellos que pueden manejar la volatilidad, existe evidencias de que una mayor exposición a sus mejores ideas puede generar un rendimiento adicional a lo largo del tiempo. En otras palabras, la concentración suele ser un riesgo por el que se obtiene una compensación adicional. Pero también es una espada de doble filo. La teoría de la inversión muestra que puede lograr la mayoría de los beneficios de la diversificación en 20-25 stocks. En niveles inferiores a eso, comienzas a correr el riesgo de que no te compensen.
2 – Intentando elegir el ratio de valoración acertado
Hay muchas formas de definir el valor de una compañía. Los estudios académicos generalmente han favorecido a la relación precio/valor en libros, pero los profesionales usan una gran variedad de ratios como Precio/Ebitda, Valor Empresa/Ebida, Precio/Beneficio, entre otras.
Se puede argumentar a favor de utilizar cada una de estas relaciones para definir el valor de una compañía. Ahora bien, existe el riesgo de que el ratio que funcione para una empresa o sector, no funcione para otro. O que el ratio que ha funcionado durante un periodo de tiempo, no funcione en otro momento.
Entonces, ¿cómo evitar este riesgo? La respuesta es bastante simple: Use una combinación de todos los principales factores de valor o invierta en un fondo que sí lo haga. Al hacer eso, puede asegurarse de hacer una apuesta pura al valor en general, sin el riesgo adicional de que cualquier métrica que seleccione termine siendo la incorrecta.
3 – Reequilibrar el mismo momento todos los años nuestras carteras
Este es un riesgo menos obvio que los otros y probablemente no sea tan grande, pero aun así es un riesgo innecesario que no compensa. Muchos inversores optan por reequilibrar sus carteras en una fecha específica cada año. Esto es cierto para los inversores que usan estrategias de asignación de activos y ajustan su ponderación de acciones y bonos, así como para los inversores que cambian las acciones dentro de su cartera.
El problema con este enfoque es que existe el riesgo de que las condiciones temporales del mercado en la fecha elegida puedan dar lugar a resultados inferiores a los óptimos.
El problema puede ser más pronunciado para aquellos que siguen estrategias de seguimiento de tendencias.
Este riesgo es simple de eliminar. Simplemente tendrá que realizar la reasignación de su cartera en diferentes periodos. Por ejemplo, en vez de una vez al año, el 25% cada trimestre.
Las tres acciones recomendadas no le privarán del riesgo de invertir en bolsa, lo que harán es eliminar aquellos riesgos que no estén compensados con una mayor rentabilidad esperada. Que ya es bastante.
Fuente: Jack Forehand, presidente de Validea Capital
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa