Hace unos días tuve una charla muy interesante con un buen amigo que lleva 10 años viviendo en Estados Unidos. Al margen de cuestiones personales que hablamos, me comentó una cosa que me ha dado pie para escribir este artículo.
Evidentemente, y tal como están las cosas, el tema de Trump tenía que salir a colación. Hizo una reflexión sumamente interesante:
“El problema es que en Europa no entendéis la idiosincrasia del votante norteamericano. Estáis acostumbrados a que los programas electorales y las promesas que se vierten en las campañas no sirven de nada, es todo demagogia y que nunca se cumple. Pero aquí la mentalidad es otra, y con Trump la gente sabía que sí cumpliría.
Os echabais las manos a la cabeza cuando veíais algunas promesas (imponer aranceles y guerra comercial; reforma sanitaria, reforma fiscal, amenaza seria de abandonar el acuerdo NAFTA; respuesta dura a Corea del Norte; abandonar el acuerdo nuclear con Irán; enfrentarse a la UE; exigir a los aliados que pongan más dinero para la OTA). Pensabais que eran faroles, simple demagogia, pero el votante de Trump tenía muy claro que era todo lo contrario.
Y es que Trump ha sabido colocar al país como víctima, pero no en el sentido de debilidad, ya que es todo lo contrario, sino en que el buenismo tiene un límite y Estados Unidos no va a permitir que se sigan aprovechando de ellos.
Es por todo ello que al ganar Trump las elecciones para la Casa Blanca, las Bolsas reaccionaron en Wall Street tan positivamente, el votante de Trump sabía a qué medidas políticas estaba votando y además estaba convencido de que se llevarían a cabo. En Europa muchos no conocían ni el programa electoral, y los que sí lo conocían no esperaban que se llevase a la práctica. Claro, ahora vienen las sorpresas y lamentaciones.
Un ejemplo de actualidad muy simple para entender la diferencia de mentalidad: en Italia, los que gobiernan desde hace pocas semanas, son anti euro, lo llevan expresamente en sus programas. ¿Creen ustedes que ahora que están en el poder van a sacar al país del euro? No. Y lo mismo sucedería con la mayoría de partidos europeos que tengan ese mismo sentimiento. Esa es la diferencia entre demagogia populista (prometer lo que la gente quiere escuchar y no hacerlo nunca) y Trump (prometer lo que gran parte de la sociedad quiere y cumplirlo)”.
Sea como fuere, es una realidad que a medida que Trump va llevando a cabo sus promesas, las encuestas de valoración reflejan un mayor apoyo y respaldo social.
Por mucho que algunos se empeñen en lo contrario, a día de hoy la economía norteamericana no es un problema. Su expansión económica es la segunda más larga en toda la historia. Las solicitudes de desempleo están en su nivel más bajo en casi medio siglo.
Thomson Reuters & Horan Capital
El índice económico líder de Conference Board aumentó un 5% en junio.
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La producción industrial registró un aumento del 6%. la Encuesta de perspectivas comerciales de la Fed de Filadelfia sube con fuerza a 25,7.
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El sentimiento de los inversores (AAII) se mantiene alcista pese a caer a 34,7% y el sentimiento bajista también disminuyó a 24.9%.
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Y aquí no acaba todo. La economía podría haber alcanzado un crecimiento del 4% en el segundo trimestre. La encuesta en Wall Street habla de que el PIB se expandió a una tasa anualizada de 4,3% en el período de abril a junio tras el 2% del primer trimestre. Y mucho tuvo que ver en ello la reforma fiscal, la mayor desde la era de Reagan, dando un impulso al gasto de los consumidores y la inversión empresarial.
Y Wall Street tampoco anda mal. El índice S&P 500 está a solo un mes de superar la racha alcista más larga jamás vista, la cual terminó cuando estalló la burbuja tecnológica en el año 2000. Desde los mínimos del año 2009 sube un 317%, el Dow Jones un 252% y el Nasdaq un 520%. Pero es que si vamos al S&P500 Total Return (tiene en cuenta los dividendos) hablamos de una subida de 405%.
El precio objetivo del S&P500 lo tiene fijado el consenso del mercado en torno a los 3090 puntos por la reforma fiscal de Trump.
En lo que llevamos de año, el S&P 500 suma un 5% frente a la caída del 3,18% del Ibex 35. El Dax cae un 2,76% y el Mib italiano, un 0,27%. Solo el Cac francés evita las caídas y sube 1,6%.
Por cierto, vamos a entrar en el mes de agosto, el cual suele ser el mes con mayor volatilidad en los últimos 20 años.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es