¿Por qué cayó el petróleo si los inventarios de crudo cayeron con fuerza? ¿Qué escenario podemos esperar en los próximos meses? ¿Tanto debe de preocuparnos el devenir del crudo?
Los precios del petróleo han retrocedido desde que tocaron un máximo de tres años en Nueva York a comienzos de mes, básicamente porque el choque comercial entre USA y China amenaza el crecimiento económico y la demanda de petróleo.
En el siguiente gráfico pueden ver que los contratos que apuestan por una caída en el precio del petróleo en Estados Unidos subieron (el WTI cerró la semana cayendo un -3,8%). Al mismo tiempo, el productor de petróleo estatal de Libia reinició la producción de un campo importante que había estado cerrado durante meses, y en Canadá, el complejo de arenas petrolíferas Syncrude está trabajando para reanudar la producción en septiembre.
Por otro lado, la administración de Trump está considerando seriamente aprovechar el suministro de emergencia de crudo del país a medida que aumenta la presión política para frenar el aumento de los precios de la gasolina antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Una pregunta que se hacen muchos inversores estos días es por qué el petróleo cae tras conocerse el dato de reservas de crudo. Vamos por partes, La EIA dio a conocer que se produjo una fuerte caída de los inventarios de petróleo (12,6 millones de barriles), concretamente el mayor derrumbe desde septiembre del 2016 (en esa fecha fueron 14 millones de barriles). Fíjense si fue una sorpresa que los mercados esperaban sólo una caída de 2 millones de barriles. Hasta aquí bien, lo que sucede es que cuando caen las reservas de crudo el precio sube, y en esta ocasión, no sólo cayeron las reservas sino que fue un desplome, en cambio el precio en vez de subir bajó también.
La respuesta es que, en efecto, si caen los inventarios es positivo para el precio del oro negro, lo que sucede es que si los inventarios de gasolina, destilados y otros derivados no caen también, la cosa cambia, y hace caer el precio, básicamente porque las refinerías no necesitan adquirir más petróleo a los productores porque tienen muchas reservas de esos derivados. Como imaginarán, los datos de inventarios fueron al alza para la gasolina y los derivados.
En este último gráfico pueden observar que tradicionalmente el precio Brent y el precio WTI iban de la mano. Pero desde el año 2011 esto cambió. ¿El motivo? la sobreproducción de USA y que las infraestructuras no estaban preparadas para almacenar y distribuir tanto, por lo que bajó su cotización. Ese es el motivo por el que desde ese año el crudo Brent ha sido siempre más caro que el WTI (salvo en muy pocas ocasiones muy concretas, como por ejemplo en la recta final del 2015).
La realidad es que este mercado tuvo bastante movimiento. Desde el año 2014, tanto el Brent como el West Texas se movieron desde los máximos de 115 dólares (2014), hasta los mínimos de 27 dólares (2016).
Pero el devenir del crudo es una cuestión que atañe a todo el mundo, no sólo a los inversores. Por ejemplo, un estudio dictaminó que un incremento de 10 euros en el barril de referencia en Europa (Brent) incrementaría la inflación en 0,4 puntos porcentuales en la Eurozona. Es un tema importante, ya que un petróleo más caro repercute en el precio final de muchos bienes y servicios (tales como productos químicos o el propio transporte aéreo, ya que una subida del precio del combustible encarece el transporte, por lo que las compañías tienden a encarecer el precio final de su producción).
El 27 de marzo, en el artículo que escribí les comenté, entre otras muchas cosas que “el Brent podría seguir subiendo, principalmente por la fortaleza de la demanda y la inestabilidad en los países productores, por lo que todo ello llevaría a pensar en subidas este año a los 70-75 dólares”. De momento ha subido a 80,49 dólares, por lo que incluso se ha pasado de frenada, pero el objetivo se puede decir que lo alcanzó.
Goldman Sachs espera que llegue a los 98-100 dólares el barril en los próximos meses y Morgan Stanley algo parecido. Es cierto que los factores existentes invitan a pensar en que la inercia alcista continuará, pero recordemos que los 80 dólares es un nivel para no tomarse a broma, puesto que el perjuicio para los consumidores ya supera al beneficio de los productores. Al menos, dentro de lo malo, hay que mirar el vaso medio lleno, porque los efectos dañinos actualmente son menores respecto al pasado, ya que ahora la producción está más repartida y la economía necesita menos petróleo para producir bienes y servicios. El aporte de UBS es muy clarificador: hoy se necesita un 7% menos de petróleo para producir lo mismo que hace 10 años, si el Brent llegase a los 100 dólares por barril el crecimiento económico para 2019 caería hasta el 1,8% anual frente al 2% estimado con un petróleo en 70 dólares.
Veamos algunas ideas a tener en cuenta en el futuro petróleo (NYMEX). En el gráfico se puede ver claramente que la tendencia principal sigue siendo notoriamente alcista y que el precio se encuentra cómodo dentro del rango de un canal ascendente que comenzó en febrero de 2016.
No sería de extrañar que hay dinero esperando para entrar cuando los recortes hagan su trabajo, muchos inversores no quieren entrar comprando tan arriba, prefieren esperar y optar por un precio más bajo. Y precisamente, eso podría suceder por ejemplo en los 64,20 dólares.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es