Para conseguir la libertad financiera hay que seguir tres pasos:
TRABAJAR
AHORRAR
INVERTIR
Si tus ingresos son proporcionales a tu trabajo, contra más trabajes más dinero vas a ganar.
Pero ganar mucho dinero no garantiza, para nada, ni que seas rico ni que estés a punto de conseguir la libertad financiera.
La riqueza, en términos estrictamente monetarios, será relativa al dinero que necesites para vivir. No importa que ganes mucho dinero si necesitas grandes cantidades de dinero para seguir el estilo de vida que estás viviendo.
Por lo tanto, la riqueza en términos monetarios es relativa. Es cierto que la riqueza en tiempo, salud o felicidad también es relativa, pero no las trataremos en este artículo.
Si nos vamos al mayor extremo de todos, si no necesitas el dinero para vivir eres libre financieramente hablando.
Evidentemente, este escenario es muy bucólico pero prácticamente imposible de conseguir.
Todos tenemos facturas que pagar, ir al mercado, médico…
Sin embargo, el estilo de vida que queremos vivir está en nuestras manos. Podemos decidir sobre nuestros hábitos de consumo, costumbres, tiempo y dinero.
Si conseguimos ser felices con menos dinero del que ganamos toda el diferencial irá al ahorro.
Por lo tanto, te invito a que reflexiones sobre tu estilo de vida. Qué es lo que realmente te aporta algo y de qué puedes prescindir. Que tú solo elijas en qué quieres gastar tu dinero y no lo hagan las constantes campañas de marketing que nos invaden a diario.
Una vida más simple y sostenible te ayudará a ahorrar mucho dinero, contaminar menos el planeta, consumir menos recursos naturales y tener más tiempo con tus seres queridos.
Ecología y economía van cogidas de la mano en las finanzas personales.
Por cada paso que das en el ahorro, son dos pasos hacia la independencia financiera.
Por un lado, un incremento en tus ahorros hará que puedas tener más dinero invertido año tras año. Y, con el tiempo, el interés compuesto hará que tus ahorros se transformen en una cantidad mucho más grande de lo que te puedas imaginar.
Por otro lado, simplificar tu vida no solo te hará ahorrar más, aprenderás a vivir con menos, a ser feliz con menos consumo. Y, consecuentemente, a gastar menos. Y aquí viene el segundo paso, gastar menos te permitirá conseguir la libertad financiera antes.
A modo de ejemplo, suponiendo una rentabilidad media anual del 10% de tus ahorros (rentabilidad histórica media del S&P 500 sin descontar la inflación), y un ahorro del 10% de tus ingresos conseguirías la libertad financiera pasados 27 años. Si tu ahorro fuera del 30% tardarías únicamente 14 años y si ahorraras el 50% pasados 8 años ya habrías conseguido la libertad financiera.
Los números hablan por si solos.
Quizá plantearse una vida más simple y sencilla, dejando de lado el consumismo compulsivo que vacía carteras y almas, para caminar hacia una vida con más valores sea una buena opción.
Un análisis de Oportunidades en Bolsa
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