No corren buenos tiempos para Indra en el parqué. La reciente ruptura de sus soportes anticipa un nuevo tramo bajista para el valor.
Sandra Nieto (Noesis)
En el largo plazo, como muestra el recuadro inferior izquierdo, en el número 1, destaca en el escenario de Indra la resistencia que ha supuesto la zona de 14 a 15 euros, frenando los avances durante más de una década. Los máximos de septiembre de 2017 no han supuesto una excepción, y el precio reacciona a la baja desde los 14 euros. Dada la amplitud del escenario conviene tener presenta posibles movimientos de cierta envergadura, algo a tener en cuenta en la corrección bajista marcada con el número 2.
A corto plazo, si observamos un gráfico diario, la zona de soporte del número 3, entre 10,60 y 10,73 euros, se ha visto perforada definitivamente, después de trazar un movimiento lateral desde el 6 de diciembre del pasado año. El fuerte hueco bajista (punto 4) del 19 de junio, cerca de soportes, ya advertía de la presión de fondo. El hecho de que este hueco nunca se halla rellenado es una prueba de la presión bajista.
Finalmente, en la jornada del 27 de junio, se produce una fuerte vela negra, muy negativa, en la ruptura del soporte. Su zona máxima, en 10,63 euros, supone la resistencia a monitorizar en el corto plazo. Por encima el escenario cambiaría a uno de mínima estabilidad. Pero mientras se mantenga por debajo, lo cual técnicamente es probable, no debemos descargar un retroceso, de momento, hasta los 9,5 euros.
Teniendo en cuenta este escenario, la operativa compradora debería basarse en la monitorización de la caída actual. A priori, no sabemos la extensión de esta corrección, por lo que esperaríamos el comportamiento de este tramo bajista y su reacción en zona de soportes (eventuales pautas de giro) para plantear las compras.
* Nota: Este artículo, realizado por Noesis, no supone recomendación de compraventa alguna.