Muchos se sorprenden de que en Italia los 2 partidos que intentan formar Gobierno no quieran el euro. Pero en realidad este es un sentimiento importante en el país, ya que caló hondo el mensaje de que desde Bruselas no se gestionó bien la crisis económica. Si vamos a nuevas elecciones (es lo más probable), seguramente no cambien mucho las cosas. En Francia hubo un cortafuegos que evitó que Marine le Pen estuviese cerca de dinamitar la divisa comunitaria, pero en Italia no se divisa ninguno.
El Partido Demócrata de Italia dice que la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas habían preparado un plan para sacar al país del euro si hubieran formado gobierno. Recordemos una conferencia de ese año en la que Savona dijo que tenían un “Plan B” para abandonar la moneda única si el futuro del país estuviera en riesgo. Es más, Daily La Repubblica dice que la Liga tenía un plan secreto para abandonar el euro “de la noche a la mañana” después de tomar el poder con 5 Estrellas.
Pero si hablamos de marrones hay que hablar también del BCE, porque cualquier concesión a la presión política, como la prolongación del QE, iría en detrimento de la credibilidad del BCE y del euro. Lo que sí se evidencia es que se han congelado las expectativas de tipos de interés en la zona euro: el mercado de futuros apenas da una probabilidad del 30% a un alza de tipos en junio de 2019, frente al 60% previsto la semana pasada y el 90% de principios del mes de mayo.
Un temor que corre como la pólvora y además tiene su fundamento es que las elecciones se van a convertir en un plebiscito en toda regla acerca del euro y de las instituciones europeas.
Las consecuencias no se han hecho esperar:
- El índice de referencia italiano se ha hundido un 11% en solo tres semanas, y ahora los inversores están pagando para protegerse de nuevas pérdidas.
- El rendimiento de los bonos a corto plazo subió 100 puntos básicos a su nivel más alto desde septiembre de 2013, mientras que los bonos a 10 años alcanzaron el nivel más alto en casi cuatro años.
Claro, repetir las elecciones no es que vaya a traer nada nuevo para los mercados si nos atenemos a las últimas encuestas que siguen reforzando las opciones más extremas, con el apoyo a La Liga subiendo hasta el 27,5% (frente al 17,4% conseguido en las elecciones de marzo), gracias al desplome de Forza Italia cayendo al 8% (16% en marzo), mientras que el M5S retrocede algo 29,5% (32,7% en marzo) y el PD se mantiene en el 19,4%. Así, de materializarse estos resultados, la coalición M5S-Lega tendrían mayoría.
De todas maneras, para los que ya ven un Italexit en toda regla, decir que un indicador que mide la probabilidad de que Italia abandone el euro en los próximos 12 meses subió a 11,3% este mes desde el 3,6% del mes pasado, según el informe de Sentix. Se trata de una subida considerable pero que todavía no supone una alarma.
Sentix
El mejor indicador de riesgo es la prima de riesgo, es decir, el diferencial entre el rendimiento de los bonos a 10 años de Alemania y el rendimiento de los bonos a 10 años de otro país. Pues bien, antes del estallido político, en Italia teníamos el 1%, ahora está en 2,7%.
Otro foco de tensiones son los bancos. Italia tiene la quinta mayor ponderación de países en el índice STOXX 600 Banks, contribuyendo con algo más del 8%. Solo esta semana, el indicador ha caído un 4% al nivel más bajo desde diciembre de 2016.
Algunos inversores se ponen en lo peor (que Italia saliese del euro) y están ya con los CDS. Se observa que tal posibilidad se ha incrementado a 108 puntos básicos. Eso es casi el doble del nivel que se alcanzó a principios de 2017 con los problemas en Banca Monte dei Paschi.
Hay un dato muy revelador y es que los inversores quieren estar en cualquier lugar menos en Europa. Este trimestre se han retirado 17,5 mil millones de dólares de fondos que invierten en acciones europeas, lo que supone que llevemos once semanas consecutivas, la racha más larga desde 2016.
Y vayamos a los bancos. El CEO de Unicredit comentó lo siguiente: “no tenemos absolutamente ningún plan de emergencia o plan de contingencia para la situación actual. Tenemos un nivel extremadamente alto de liquidez, como cualquier otro banco italiano”. Y es que los bancos del país están en el punto de mira debido a sus tenencias de deuda soberana y las propuestas de los “populistas” que pueden revertir años de esfuerzos para fortalecer el sistema bancario. Mustier siguió diciendo que “por supuesto que hay incertidumbre política, pero creo que el temor de que Italia abandone el euro es exagerado, deberíamos volver a la realidad, Italia no abandonará la zona del euro y tenemos que mirar los buenos fundamentos de la economía del país, porque la situación para los bancos no se parece en nada a la crisis de la deuda de 2011, ya que los balances están mejorando y los préstamos fallidos están cayendo y no volverán a subir”.
Pero diga lo que diga este hombre, el tema es que los bancos italianos tenían cerca de 404 mil millones de euros de deuda soberana a finales de abril, lo que supone un 10,8% de sus activos totales. Intesa Sanpaolo y UniCredit han perdido más del 20% en el último mes y en otras partes de Europa, el Deutsche Bank de Alemania cayó a su nivel más bajo en casi dos años, cayendo hasta un 5,7% (tenía 35 mil millones de euros en exposición crediticia a Italia a finales de 2017). Otras grandes caídas incluyeron a los españoles Bankia y Banco de Sabadell, junto con el portugués Banco Comercial Portugues y el austríaco Raiffeisen International.
Respecto al euro, decir que durante el año pasado, un fortalecimiento de la moneda limitó la recuperación de las ganancias corporativas europeas, perjudicando especialmente a los exportadores. En las últimas semanas, la imagen ha cambiado: el euro ha perdido alrededor del 7% desde mediados de abril y ha caído a niveles no vistos en 10 meses. Este hecho podría favorecer a las empresas del Viejo Continente, eso sí, siempre y cuando la crisis política italiana no desbarata por completo la recuperación económica de la zona euro. El cálculo es que una caída del 10% de la divisa comunitaria se traduce en un 5-6 % en las ganancias europeas. Pero no todas las compañías de la región se beneficiarán de la caída de la moneda, los más beneficiados serán alemanes y franceses.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es