Lo que todos ven como una amenaza no tiene que ser necesariamente así. Con esta frase se podría resumir la idea central de lo que les quiero explicar en el presente artículo, además de otras muchas más cosas.
La brecha entre los rendimientos de los bonos de USA de corto y largo plazo tiene en vilo a los inversores, más que nada porque se tiende a pensar que suele ser el preludio de una desaceleración económica. Lo que pasa es que no es una ciencia exacta, y por tanto, no tiene por qué ser así.
Fíjense que si nos remontamos a los años 90 podemos ver que la economía puede seguir al alza durante un amplio periodo de tiempo pese al aplanamiento de la curva de rendimiento. Un breve inciso, el aplanamiento de la curva de rendimiento se refiere a una menor diferencia en los rendimientos entre los bonos del gobierno de vencimiento más largo y los de corto plazo. Su curva invertida se refiere a que los rendimientos a más largo plazo están por debajo de los que tienen vencimientos más cortos.
Pues bien, en aquella ocasión, la FED subió con alegría los tipos de interés 300 puntos básicos durante doce meses y luego los bajó en 75 puntos. La curva de rendimiento promedió 35 puntos desde 1995 hasta 1999, (50 puntos más o menos hoy en día). ¿Y qué sucedió? Pues que la economía y las Bolsas (el S&P subió en dicho periodo casi un 140%) subieron como la espuma y el PIB voló.
Sí, todavía es demasiado pronto para saber si se repetirá la historia, pero en mi opinión esa no es la cuestión, sino que lo importante de todo esto es saber que no es una ciencia exacta sin errores, que no tiene por qué ser malo. Primero habrá que esperar a que la Reserva Federal termine el ciclo de ajustes. Por el momento, han subido los tipos 5 veces desde diciembre del año 2015 y en lo que resta de año se espera que haya un mínimo de 2 subidas más de un cuarto de punto cada una de ellas.
Un motivo de tranquilidad es que la economía se mantiene firme y van ya 9 años, aunque habrá que ver cómo reacciona a una política monetaria más restrictiva.
En este gráfico pueden ver las probabilidades, a día de hoy, de que la FED suba los tipos de interés tres veces o cuatro veces en el año.
Y en el siguiente gráfico pueden ver el índice de sorpresas que elabora Citi, que refleja que la Eurozona y Japón están por debajo de 0 y USA por encima. Este índice mide la diferencia entre las previsiones económicas y la realidad. Una pendiente positiva indica que los datos han estado por encima de las estimaciones, y viceversa.
Y claro, cuando hablamos de los rendimientos de los bonos de USA o de prácticamente cualquier cosa que haga referencia a Estados Unidos, es obligado hacer una mención de los mercados emergentes. En los últimos dos años y medio, la recuperación de estos mercados iba viento en popa, un exceso de dinero barato llevaba en volandas a los inversores y obviaban cualquier riesgo que pudiera surgir. Pero este año la cosa cambió, salió dinero, los bonos soberanos en dólares sufren las mayores pérdidas en un año (la mayor desde el 2003) y las divisas emergentes han ofrecido su peor cara desde que Trump fue elegido Presidente de USA. Para entendernos, los inversores empiezan a mentalizarse de que la época del dinero fácil está próxima a su final.
Sí, las divisas emergentes apenas se inmutaron cuando el año pasado los rendimientos de los bonos de USA subían, pero en esta ocasión los inversores tienen claro que el ascenso de los rendimientos tiene más potencial de subida (la subida de las materias primas pone presión a la inflación y esto a su vez ayuda a que la FED suba los tipos de interés, haciendo menos atractiva la renta variable y subiendo la rentabilidad de los bonos). Es más, seguramente el panorama para los bonos de mercados emergentes (en dólares) sea peor que el de los bonos del Tesoro USA.
Las reacciones no se hicieron esperar, varios Bancos Centrales decidieron vender reservas para proteger sus divisas. Pero en varios lugares se avecinan tiempos difíciles, más que nada llenos de incertidumbres que nadie a día de hoy puede decir qué sucederá. Resumiendo se podrían enumerar las siguientes:
- Turquía: las elecciones que se llevarán a cabo el próximo mes de junio darán como ganador a Erdogan, pero es difícil saber cómo reaccionará la lira y qué rumbo adquirirá el Banco Central truco.
- Brasil: las elecciones llegan en un momento delicado con buena parte de la sociedad dividida.
- México: la moneda del país (el peso) está bajista desde el mes de abril y se achaca a que en los sondeos se de como favorito a las elecciones de julio a López Obrador.
Y para terminar, unos apuntes sobre materias primas:
– Las consecuencias de las sanciones de USA contra la compañía United Rusal siguen repercutiendo en el mercado del aluminio. Los comerciantes están dispuestos a recibir suministros de metal del segundo mayor productor mundial, pero hasta ahora el proceso no va como cabría esperar.
– Apenas un mes después de que China introdujera futuros del petróleo en yuanes, está dando un paso más, concretamente los futuros del mineral hierro denominados en yuanes, que cotizarán desde el viernes.
– La sequía en Brasil ha causado daños importantes a la cosecha de maíz, hecho que invita a pensar a los inversores que el precio del futuro maíz subirá.
– Por su parte, el sentimiento en el futuro del Gas es bajista.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es