En palabras de un compañero inversor: «En el título creo se resume muy bien la idea. La imagen que se vende es que cualquiera puede comerse ese cordero, cualquiera puede ganar pasta en la bolsa y en los mercados financieros, pero la realidad es muy diferente, cuando vas a coger al cordero, para comértelo, debajo hay un lobo, fortísimo, cruel, que devora a casi todos los que se acercan a él.»
Quienes se inician en Bolsa empleando operativa real, suelen, en un porcentaje muy alto de casos, no conocer con precisión y exactitud los riesgos a los que se enfrenta su inversión, y por tanto su dinero o ahorros. A la pregunta que muchos suelen hacerse: «¿en total, cuánto puedo llegar a perder?» La respuesta puede ser: toda la inversión, e incluso más. Si si, leen bien, si utilizan productos derivados con garantías podrían llegar incluso a perder más de lo invertido inicialmente.
Habitualmente, cuando se conversa con gente que ha invertido o invierte en Bolsa, y dado que el ser humano es muy dado a engañarse a si mismo, resulta normal oírles decir que ninguno de ellos ha perdido dinero, al menos de palabra, no en la práctica. Todo son buenas jugadas con plusvalías jugosas.
No se engañen, rentabilizar en Bolsa sus inversiones por encima de la media del mercado, es decir, batir a nuestro índice de referencia IBEX-35 es a todas luces tarea arduo complicada, donde factores como el riesgo no se suelen tener en cuenta.
En muchísimas ocasiones resulta determinante no caer en las denominadas enganchadas o pilladas. En tan sólo una de ellas, podemos dar al traste con los buenos resultados de cuantas operativas con plusvalías hayamos hecho. Y mucho cuidado con pensar en la famosa falsa verdad: «mientras no venda no pierdo» porque estarán cometiendo en el mayor engaño de todos.
Con un simple ejemplo lo verán claro. Llevamos a cabo cinco operativas consecutivas con plusvalías. En la inmediatamente posterior, el precio nos deja pillados al no materializar una salida a tiempo. ¿Qué resultado global tenemos? El resultado, probablemente, será muy negativo. Tendremos nuestro dinero inmovilizado a la espera de revalorizaciones que son más un deseo que la triste realidad. Todas las plusvalías previas se habrán volatilizado, pero nuestra ilusión de las cinco operativas llevadas a buen puerto es posible que se mantenga. Eso si… por infeliz que parezca, la inmensa mayoría de ocasiones responderemos a la pregunta de nuestros amigos con una sonrisa, olvidando la última pillada y vanagloriándonos de lo buenas que fueron el resto de batallas, pero ¿y la guerra?
Fuera de bolsa