Es una realidad que las economías se dirigen a un nuevo contexto basado en la salida de los diferentes estímulos aplicados por los respectivos Bancos Centrales para salir de la crisis económica. Y es que la buena evolución de las propias economías, así como los favorables resultados de las compañías cotizadas, supone todo un acicate para que los Bancos estén regresando poco a poco a la normalidad en lo referente a sus políticas monetarias tras haber tenido que recurrir a excepcionalidades como tipos de interés negativos y compras masivas de deuda.
Estados Unidos encabeza este proceso de normalización con su salida del programa QE y con el inicio de subidas de tipos de interés, mientras que Europa aún le resta camino por delante. Mario Draghi se encargó de preparar el terreno desde lejos, explicando siempre de manera cuidadosa lo que harían desde el BCE, en un intento de evitar que la volatilidad se incrementase y los mercados se viesen afectados.
La realidad es que a lo largo del presente ejercicio la FED continuará reduciendo su balance y el BCE recortando las compras mensuales de deuda, incremento de la facilidad de depósito, reducción de balance y quizás subida de tipos de interés.
¿Temor en Europa? No. Terminar con las compras de deuda no va a originar un auge desmedido del coste de financiación, el terreno está siendo abonado precisamente para estar preparado para despedir los estímulos del BCE, proceso progresivo y gradual, como ha de ser.
¿Y por qué es tan lento todo este proceso en Europa? Aparte de lo ya comentado de que se pretende evitar volatilidad y tensiones en los mercados bursátiles, es que la inflación no termina de subir al ritmo deseado, ni siquiera las grandes compras de deuda por parte del BCE lo han logrado.
Inversores conservadores
Teniendo en cuenta que en la eurozona pueden comenzar a subirse los tipos de interés en el 2019 (incluso a finales de 2018), los inversores conservadores tienen que hilar más fino porque su abanico de opciones se reduce sensiblemente, además de que no pueden plantearse plazos temporales amplios, básicamente porque ello implicaría tener pérdidas en cuanto los tipos empiecen a subir, y conviene tener presente que este año la mayoría de fondos de renta fija perderán. Siempre les queda los depósitos a corto plazo (algunos bancos dan incluso el 2% TAE a 3 meses, otros un 4% TAE a 6 meses), las cuentas remuneradas (unas dan el 5% el primer año y otras el 3%).
Inversores agresivos
La renta variable, la Bolsa, debiera en el 2018 de seguir siendo una opción interesante, y más concretamente la de Europa frente a la de Estados Unidos.
Para el presente año, se espera que la economía mundial siga creciendo, al menos hasta el 3,5%, que la economía de la UE lo haga un 2-2,3% y la de Estados Unidos un 2,5%. También que los beneficios de las compañías sigan siendo positivos (un posible incremento del 6 % en lo referente a ganancias) y que la rentabilidad por dividendo para el Eurostoxx estaría en el 3,3%(2% para el S&P).
Habría que fijar la atención en valores que podrían beneficiarse de la reforma fiscal de Trump tales como Ferrovial, FCC, ACS, OHL, Santander, Grifols. Así como en valores que debieran de verse aupados por la inercia de la FED de subir tipos de interés, tales como Grifols, Inditex, Viscofan, ACS, Ferrovial, Acerinox, ArcelorrMital.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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