«Ha sido un tema tabú, pero ha dejado de serlo en los despachos de los tres o cuatro que mueven la manija del Mundo Global (globalidad, por cierto, ahora en cuarentena). La Deuda Global es impagable. Así de alto y claro. La tendencia de fondo de la deuda pública sigue siendo alcista más allá de desviaciones mensuales. Inquietantemente alcista. En USA, China y muchos países europeos, el riesgo de insostenibilidad de la deuda es altamente significativo. Ya lo decía el año pasado José Luis Martínez Campuzano, entonces estratega de Citi en España y ahora Portavoz de la Asociación de Banca Española: Deuda, deuda y mucha más deuda. ¿Cómo se paga la deuda?
- 1. Con crecimiento
- 2. Con inflación
- 3. Con condiciones financieras laxas (¿hasta el infinito?)
- 4. Con una combinación de todas las anteriores durante mucho tiempo ¿
¿Echan en falta algo más? No seré yo el que pronuncie la palabra en cuestión. A buen seguro que la palabra maldita es REESTRUCTURACIÓN, porque las cuatro premisas anteriores fallan. Un problema a nivel global…»
«…Por ejemplo, La deuda USA no ha parado de crecer desde que el Sr. Nixon decidiera en 1971 la supresión de los criterios establecidos en Bretton Woods, 1944, para mantener orden y disciplina en el sistema financiero mundial. La vinculación del Dólar con el patrón Oro llegó así a su fin -por decreto- y USA rompió las ataduras que obligaban a mantener y preservar un sistema financiero prudente, con emisión de deuda limitada al respaldo del Oro que pudiera garantizar el emisor y en general el sistema era confiable. El límite de deuda USA es un tejemaneje que lejos de aportar estabilidad y la seriedad esperada, además se utiliza con fines políticos. Estatutariamente establecido por el Congreso de Estados Unidos, el techo de deuda es alcanzado y superado con demasiada frecuencia y cuando esto sucede, el Congreso decide elevarlo de nuevo…»
Vean este gráfico…..
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Ha escrito Antonio Iruzubieta en esta web que
En 2013 los flujos internacionales de capitales comenzaron a perder interés por el Dólar. La confianza del “dinero” (de gestores internacionales de fondos, de gobiernos o de ciudadanos de la aldea global) depositada durante décadas sobre Estados Unidos se desvanece, en un ambiente de incertidumbre creciente que sobrevuela desde hace 3-4 años. Todo es susceptible de empeorar, reza la segunda ley de Murphy, y en estas llega Trump a la presidencia USA rompiendo un modelo vigente también décadas que está enfureciendo a políticos, élites, empresas, ciudadanos… de dentro y fuera de sus fronteras. Las Reservas en Dólares comenzaron a amontonarse a principios de los 70, cuando Nixon decidió cerrar la “ventana del Oro”, cargándose un vínculo o patrón -oro- que prevenía a las autoridades monetarias de cualquier tentación para cometer la tropelía de inventar dinero sin estar respaldado por un valor intrínseco real y universal. Desde entonces la disciplina fiscal y de gestión monetaria se ignoraron y las tentaciones de pagar con dinero procedente de las impresoras, no de la productividad y progreso económico, comenzaron a hacerse realidad. Observen la evolución de las deudas USA desde 1950.
Junto con la diabólica política de acumulación de deudas, también aumentaron sustancialmente las reservas, en buena medida gracias a la habilidosa creación del Petrodólar, también a principio de los 70.
Durante años, cada dólar de deuda inventada generaba más de un dólar de PIB y la economía USA crecía robusta, recibiendo además ingentes cantidades de dinero exterior comprando su moneda y engrosando los niveles internacionales de reservas en dólar, generando un suculento “señoreaje“.
La tendencia de incremento de deudas es ahora temeraria, desde que es necesario inventar casi 2.5 dólares para generar 1 dólar de PIB (ley de retorno decreciente) y además, el ritmo de acumulación de reservas es descendente desde el año 2011.
En el año 2000, los activos en dólar suponían alrededor del 70% de las reservas mundiales. Hoy ese porcentaje ha caído hasta el 62% y la tendencia es a la baja y algunos análisis de proyección apuntan la posibilidad de perder el 50% tan pronto como en 2021.
Allá por el año 2013 China dejó de comprar deuda USA y después su posición cambió a netamente vendedora, sus reservas han caído en cerca de $1 Billón de dólares o casi un 25% hasta $3.1 Billones.
Rusia también es vendedor neto, así como Arabia Saudí y otros muchos en respuesta a sus distintas rivalidades. Pero ahora se han unido al club de vendedores otros países, contribuyendo a sumar inestabilidad e incertidumbre a la evolución futura del mercado de deuda USA.
Según informa McKinsey Global Institute, la velocidad de crecimiento de PIB -escape velocity- necesaria para que los gobiernos puedan salir de la peligrosa espiral de endeudamiento, comenzar a desapalancarse o reducir deuda, es diferente según naciones.
España está en la peor posición, cuyo PIB necesitaría crecer +5.5%, aunque USA necesitaría crecer un +3.1% para alcanzar su velocidad de escape, más del 50% por encima del crecimiento actual.
El problema es que bajo el mandato de Trump, USA va a impulsar decididamente el volumen de deudas, de manera que cuando el PIB alcance el 3.1%, si lo consigue, la velocidad de escape habrá crecido simultáneamente.
Son numerosos los países literalmente ahogados por las deudas contraídas en Dólar, acreedores de USA, que sufren la fortaleza del billete verde, observen la exposición de las deudas de algunos países emergentes y su dependencia al Sr Trump.
Daniel Guitérrez
La Carta de la Bolsa