Mucha gente cree que una buena operación es una operación que da ganancias y que una operación que tiene pérdidas es una operación mala. Esto puede ser muy ingenuo y poco provechoso.
Una forma más favorable de ver las operaciones (en mi humilde opinión) es considerar una buena operación aquella en la que se ha seguido el plan de inversiones estrictamente. Claro que hay que tener confianza en que el plan de inversiones es correcto y que tendrá beneficios a largo plazo.
Una mala operación es cualquiera en la que no se actúa de acuerdo con el plan, independientemente de que la operación de beneficios o no. Esta es una idea muy importante. Las operaciones más peligrosas son las que, a pesar de no seguir el plan de inversiones, se cierran con beneficio. ¿Por qué son peligrosas? Porque refuerzan la idea de que se puede no hacer caso, o ignorar el límite de stop-loss, o esperar un poco más a que cambie la tendencia del mercado cuando el sistema de inversiones indica que hay que irse. Ignorando el sistema se ha fracasado. Ignorando el sistema se ha perdido el plan estructurado que asegura poder seguir operando de forma continuada, día tras día, sin sobresaltos. En resumen, no siguiendo el sistema se ha dejado uno guiar por las emociones del momento. Este es un peligroso camino a seguir y, además se pierde.
Por el contrario, siguiendo el plan, se elimina la emoción en las inversiones. Con el tiempo, se puede modificar el modo de operar para reflejar un mayor conocimiento del mercado y para incorporar las lecciones aprendidas en las anteriores operaciones, tanto ganadoras como perdedoras. Sin embargo, se debe modificar el plan de inversiones cuando el mercado está cerrado, después de revisar cuidadosamente las razones para el cambio. No se debe uno dejar llevar por las emociones cambiando por capricho el plan de inversiones sobre la marcha durante la sesión.
Espero que este concepto esté claro. Una operación perdedora puede ser una buena operación. Limítese a seguir el plan. Suponga que entra en una posición compradora en XXX a un precio de 10€ y a continuación deja su posición cuando su stop-loss está en 9.70€. Inmediatamente después, el valor invierte la tendencia y va directamente a 11€ sin siquiera dudar. ¿Mala suerte? Sí. ¿Desagradable? Sí. Pero ¿Fue un error salirse? De ninguna manera. Se actuó de acuerdo con el plan de inversiones. El valor de su stop-loss estaba fijado en su plan de operaciones. El stop-loss tenía por objeto proteger el equilibrio de su cuenta ante el peligro de pérdidas devastadoras, y usted siguió su plan. Fue una operación con éxito, una buena operación.
A lo largo de una sesión diaria, no se concentre en ver si una operación concreta es beneficiosa o no. En vez de eso procure hacer buenas operaciones, es decir, siga siempre su plan. Después de que haya cerrrado el mercado, tendrá tiempo para depurar o modificar su plan de operaciones como sea necesario. Pero durante la sesión, siga sus propias reglas.
Albert Albareda