Va terminando el año y es buen momento para analizar el escenario del mercado, aunque vamos a tener en cuenta las diversas perspectivas que el Ibex 35 nos brinda al respecto.
Se puede elegir ver el gráfico «convencional» del Ibex o el gráfico Total Return. La diferencia es importante, no sólo en cuanto a su cotización (el primero cotiza en estos momentos en 10.182 puntos y el segundo en 27.286 puntos), sino en cuanto a su esencia, su composición. Y es que el real, o si lo prefieren, el que refleja con más exactitud y veracidad cuanto acontece, es el segundo, el Total Return.
La cuestión es que el Ibex digamos que descuenta el reparto de dividendos, y ello lo hace restando del valor de la cotización la cantidad (bruta) que las empresas reparten. De esta manera, cuando una compañía reparte dividendos, lo que ocurre es que esos dividendos se restan de su cotización, por lo que el Ibex finalmente refleja un valor más reducido producto de la resta en la cotización.
En la eurozona, si no recuerdo mal creo que el Dax alemán es el único índice bursátil que incorpora los dividendos y las ampliaciones, el resto de índices europeos no. La conclusión es doble:
- – El Ibex Total Return es el gráfico más adecuado si se pretende analizar de manera más «real» nuestro índice bursátil.
- – No tiene mucho sentido desde el punto de vista de la lógica el comparar el Ibex 35 «convencional» con el Dax alemán, ya que como comprenderán es comparar cosas distintas.
Técnico
Para la comodidad de los lectores me voy a centrar en el gráfico tradicional. Técnicamente hablando, desde la formación del patrón doble suelo el pasado año, un patrón de cambio de tendencia, la inercia pasó a ser alcista.
Este patrón de cambio de tendencia, concretamente de bajista a alcista, aparece en la recta final de una tendencia bajista. Está formado por dos suelos o mínimos consecutivos prácticamente al mismo nivel de precio.
La culminación del patrón y por tanto la señal de compra se produce cuando el precio supera la resistencia, el máximo formado tras crearse el primer suelo. Aquí por regla general es interesante fijarse en el volumen, puesto que si dicha rotura se lleva a cabo con un incremento del volumen será más fiable el patrón. En este caso, sería al superar la zona de los 9230 puntos (el pasado mes de diciembre).
Para calcular la proyección de la subida del precio, hay que tener en cuenta que el precio puede subir como mínimo hasta el nivel de precio marcado por la distancia correspondiente a la altura del doble suelo (desde el suelo hasta su máximo), proyectada hacia arriba desde la propia base. En este caso se trataría de un recorrido teórico de 1.500 puntos desde la superación de los 9230 puntos, es decir, a los 10.800 puntos. Dicho primer objetivo o proyección estimada se alcanzó a finales de abril.
¿Y ahora qué? Pueden observar en el gráfico que el punto de inflexión desde donde la tendencia alcista se agotó y comenzó la inercia bajista se produjo en el mes de mayo coincidiendo con niveles de sobrecompra, hecho que tiende a implicar generalmente caídas. Aún no hemos asistido a niveles de sobreventa, lo que significa que no tiene por qué formar todavía un suelo de mercado.
Lo relevante es que el pasado mes de octubre formó un suelo temporal en los 9.925 puntos el cual fue posteriormente puesto a prueba en noviembre con éxito, ya que volvió a impedir más caídas y el precio rebotó al alza a los 10.380 puntos. Esto significa que mientras el precio se mueva por encima de los 9.925 puntos no habrá más problemas, pero perder esta referencia implicaría nueva señal de debilidad bajista.
Macro
El tema de Cataluña y los datos conocidos tras los comicios del 21 de diciembre afectaban negativamente a la deuda periférica, así como a la renta variable española, quedando al margen el euro y las Bolsas europeas, algo que venía siendo lo habitual estos meses atrás y que ahora no tenía por qué ser diferente. El motivo es que en la eurozona aún siguen viendo este tema como algo interno y doméstico de España, son sabedores de que en el peor escenario sería negativo para el proyecto de la UE, pero a día de hoy siguen pensando que de una forma u otra se terminará resolviendo.
Continúan las negociaciones del Brexit, siendo relevante que se ha podido avanzar hasta la segunda fase, la cual seguramente traiga más dificultades para que las partes lleguen a un acuerdo satisfactorio para todos.
En Alemania empezaron los contactos y conversaciones entre CDU y SPD de cara a intentar formar una gran coalición y aportar al país un gobierno sólido.
La entrada en vigor de la nueva normativa de provisiones y los stress test que se realizarán en 2018 a las entidades bancarias puede generar cierto temor en el sector, principalmente por la exposición de los bancos españoles al ladrillo y por el volumen de préstamos fallidos. Sí, un nuevo stress test en 2018, parecido en esencia al realizado en el 2016, aunque con la novedad de las nuevas reglas de provisiones, hecho que penalizará más a nuestros bancos que al resto de bancos europeos. Pero como vengo comentando estos años, los stress test tienen poca credibilidad. En 2010 fue un fracaso, ya que poco después el sistema financiero de Irlanda cayó y eso que aprobó con nota. En 2011 más de lo mismo, Dexia aprobó con nota y al poco tiempo el banco belga también cayó. En 2016 se realizó a 51 entidades financieras y sólo fallaron dos. Los seis bancos españoles que participaban superaron el examen, siendo Banco Popular la entidad española que pasó el examen de manera más ajustada.
El hecho de que se saque adelante la reforma fiscal de Trump podría beneficiar a determinadas compañías españolas, tales como Ferrovial, FCC, ACS, OHL, Santander, Grifols.
En lo referente a que la FED suba los tipos de interés en el 2018 dos-tres veces también beneficiaría a compañías españolas como Grifols, Inditex, Viscofan, ACS, Ferrovial, Acerinox, ArcelorrMital.
Ismael de la Cruz
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