El mismo día que la Comisión Europea indicaba que los bancos han de devolver a los clientes todo el dinero que se les haya cobrado indebidamente si se declaran nulas las cláusulas suelo de las hipotecas, las acciones de las entidades bancarias caían, no en vano supondría un duro revés económico.
Pero la clave está en si se aplica con retroactividad, cuestión transcendental, ya que de ser así finalmente, el montante al que ascendería el dinero a devolver podría lastrar a todo el sector bancario.
Es una realidad que el Banco Central Europeo se verá abocado irremediablemente a incrementar el actual programa QE, bien en su aspecto temporal o bien en su aspecto cuantitativo, entre otras razones porque no termina de crearse inflación (agosto el IPC se situó en 0,1% y en septiembre en terreno negativo, -0,1%), y después de asistir a una rebaja de las previsiones de crecimiento en la eurozona debido al contagio de la crisis de los países emergentes.
En principio, es la reunión de diciembre la que parte como favorita para dicho anuncio, aunque ya saben que en esto de los Bancos Centrales nunca se puede afirmar nada con rotundidad.
Pero como siempre, surgen voces díscolas, o mejor dicho, discordante en su dimensión más heterodoxa, como la del miembro del BCE Ardo Hansson afirmando que no ve ninguna razón convincente para tomar cartas en el asunto en la próxima reunión.
No sé si este señor es consciente de que con la caída del petróleo es imposible desde todo punto de vista razonable que el BCE logre alcanzar siquiera acercarse al objetivo del 2%, y que no hay perspectiva de que el crudo vaya a cambiar de inercia próximamente.
Así pues, las medidas actuales (programa de compra de casi medio billón de euros en deuda, tipos de interés prácticamente en el 0%, inyección de 400.000 millones de euros en préstamos baratos a largo plazo) se han antojado insuficientes, y cuando algo no funciona o no logra los resultados esperados, el tiempo no lo soluciona, la inacción no lleva a ninguna parte, no quedando más remedio que pisar el acelerador, precisamente lo que veremos muy pronto.
En principio, las nuevas medidas que se esperan del BCE debieran de favorecer a las Bolsas europeas y depreciar al euro frente al resto de divisas. Y digo en principio porque todas las subidas acumuladas en la renta variable durante tantos meses obedecen al actual QE y últimamente a que los inversores descuentan una ampliación del programa, por lo que tampoco habría que esperar un rally tremendo, salvo mayúscula sorpresa de Mario Draghi.
Técnicamente hablando, en el Ibex 35 no se advierte sobrecompra ni sobreventa, así como tampoco ninguna divergencia de interés respecto a los principales osciladores técnicos.
Desde que las caídas se frenaron en el primer nivel Fibonacci, el rebote al alza ha continuado su camino.
La clave es no perder el importante soporte de diciembre del 2013 que se encuentra en los 9260 puntos, justo el mínimo de toda la bajada, tocado en el mes de septiembre y que está actuando bastante bien como cabía esperar.
Para los más cortoplacistas, la referencia son los 10.000 puntos, por encima hay fortaleza, perdiendo esta zona hay riesgo de recortes.
Autor y Fuente:
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es