BCE
El jueves, tenemos la reunión del Banco Central Europeo y en esta ocasión sí se mojarán acerca del actual programa QE. Una información que se filtró por Bloomberg apuntaba a que tendríamos una reducción de las compras, concretamente del 50%, pasando de 60.000 millones de euros a 30.000 millones mensuales, prolongándolo durante 9 meses más.
Ello trajo una primera consecuencia: los inversores empezaron a comprar bonos de la eurozona, lo que implicó que los precios subieran y las rentabilidades cayesen.
En principio, lo que informó Bloomberg tiene bastante sentido y todo apunta a que la idea es menos volumen a cambio de más tiempo, lo que traducido vendría a ser una reducción a 25.000-30.000 millones de euros mensuales hasta dentro de un año, octubre del 2018.
Así pues, la reducción en el volumen del QE que aplique Mario Draghi será compensada con una ampliación en el tiempo con la idea de compensar y a la vez amortiguar el impacto, preparando al mercado para la normalización monetaria y evitando que se incremente la volatilidad.
Es cierto que la fortaleza del euro el pasado mes de septiembre fue una de las razones por las cuales el BCE no se atrevió a anunciar todo esto, pero llevamos algo más de un mes en el que el dólar ha recuperado parte del terreno perdido frente a la divisa comunitaria (gracias a que la FED ha insistido en su hoja de ruta de subidas de tipos que podría empezar el 13 de diciembre, así como el hecho de reducir el balance).
FED
Los incesantes y continuos nuevos máximos históricos no cesan. El Dow Jones superó la barrera de los 23.000 puntos y nada lo ha frenado (Trump, huracanes, fracaso reforma sanitaria, dificultades reforma fiscal, subida tipos interés, conflicto con Corea del Norte). ¿Y qué es lo que sustenta este optimismo entre los inversores? La evolución de la economía norteamericana, la confianza en que Trump terminará cumpliendo sus promesas electorales, los resultados empresariales de las compañías. Y es que las subidas no paran desde que en marzo del 2009.
En Wall Street hay opiniones para todos los gustos. Desde los que afirman que todo está muy sobrevalorado y puede explotar en cualquier momento, pasando por los que creen que no hay motivos todavía para preocuparse. Yo soy de la opinión de que es demasiado exagerado y no hay motivos objetivos para sustentar subidas de tal calibre, pero eso da igual, el mercado es soberano y es el que manda, nuestras opiniones y valoraciones son sólo eso, opiniones, nada más.
Todo esto también ha tenido su repercusión en el mercado de deuda por la política monetaria expansiva, donde asistimos a un mercado de precios artificiales con los bonos soberanos caros. Las rentabilidades de los bonos, inversamente proporcional a sus precios, llegó a mínimos históricos. En principio, con la normalización monetaria que la FED llevará a cabo subiendo varias veces los tipos de interés supondrá que las rentabilidades suban.
¿Y qué es lo que podría hacer retroceder a las Bolsas norteamericanas? Pues poquitas cosas, la verdad. Se espera que tanto la economía del país como los resultados trimestrales de las empresas no traigan sorpresas negativas, de manera que por ahí no habrá nada que temer. Por parte del Brexit tampoco. El tema con corea del Norte mucho tendría que empeorar a la vista de que las tensiones actuales no inmutan a los mercados. Pero un tema sí podría afectar a las Bolsas: el cambio en la presidencia de la FED en 2018, ya que el cambio de Janet Yellen en el próximo mes de febrero unido a la dimisión de Stanley Fischer supone que desaparecen los dos miembros más partidarios de las políticas monetarias expansivas, por lo que podríamos pasar a tener una infraestructura más hawkish y más favorable a subidas de tipos de interés más rápidas y prematuras.
De momento, este mes de octubre hemos asistido a nuevos récords de mínimos históricos en los respectivos indicadores de volatilidad, tanto en Europa como en USA y el indicador de sentimiento de los inversores muestra optimismo sin fracturas.
Los futuro de fondos federales estiman que existe a día de hoy una probabilidad del 90-91% de que la FED suba los tipos de interés el 13 de diciembre.
BANCO DE JAPÓN
El BoJ sigue a su aire y ajeno a que el BCE y la FED vayan por otros derroteros, la entidad mantiene las medidas monetarias y no tiene por el momento cambiar en absoluto.
Comenzó con un programa de compra masiva de bonos, continuó con los tipos de interés negativos y posteriormente aplicó una política más radical de control de curva de rendimiento que mantuvo el rendimiento de los bonos a 10 años cerca de cero.
La razón para seguir por su cuenta se debe a que el objetivo de la inflación aún está alejado y el crecimiento no es el esperado.
Tras las elecciones en Japón, se mantendrá el Abenomics (programa monetario super expansivo) y la aplicación de la subida del impuesto sobre el consumo en el 2019 de cara a reducir el déficit fiscal. Esta expectativa real de continuidad del Abenomics ayuda a que la debilidad del yen prosiga.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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