Me dice uno de mis gurús favoritos que «llevo 10 años fuera del mercado. Sí, 10 años, literalmente. La razón ha sido y sigue siendo mi incredulidad ante todo lo que ha sucedido, sucede y puede suceder. Reconozco que me libré de la masacre de la Madre de Todas las Crisis, de la que muchos valores de primer orden a nivel nacional e internacional aún no se han recuperado, pero, también, que he perdido grandes oportunidades de negocio ¿Miedo? ¿Precaución? ¿Morir de éxito? De todo un poco. En lo que sí estoy de acuerdo, cada vez más, con determinados sabios del mercado es cuando dicen que desde hace mucho tiempo los mercados viven en el mundo de jauja, en el paraíso, sumidos en una especie de Nirvana que no tiene fin. Y así es como entiendo, sólo de este modo y de ningún otro modo más, que la anormalidad es desde hace tiempo la nueva normalidad. El mundo al revés. Y yo en este mundo de calcetines colocados al revés no se moverme. Prefiero ver y esperar a ver si la anormalidad se da la vuelta y vuelve la cordura y la normalidad». Me envía este enlace:
Cuarenta y seis años. Casi una vida. Es el tiempo que lleva George Muzinich operando en el mercado, primero en Brown Brothers Harriman y desde 1988 al frente de su propia firma, Muzinich & co. La firma ha celebrado su segunda conferencia de inversión en Madrid – centrada en crédito corporativo- desde la apertura de su oficina madrileña, a principios de 2015. Su fundador fue invitado de excepción, y aprovechó para compartir sus visiones sobre la evolución actual del endeudamiento en el mundo, en una conferencia que tenía el elocuente título “Lo anormal es el Nuevo Normal”, ha escrito Cecilia Prieto en Funds People.
Lo cierto es que este reputado inversor parece preocupado por el rumbo que está tomando la acumulación de la deuda: “Nos encontramos en un territorio sin precedentes: a 6 de junio, todavía hay 11,1 billones de dólares en deuda cotizando con tipos negativos. Es una situación absurda, no puede continuar así”. Muzinich llegó a afirmar en varias ocasiones durante su intervención que el mundo actual “es un mundo artificial, lo que antes era normal ahora no lo es”. “Ahora vivimos en una especie de Disneylandia, en la que los bancos centrales intervienen la economía con más estímulos”, añadió.
Según datos de la firma, el endeudamiento global se ha incrementado en los últimos doce años desde 10 a cerca de 30 billones de dólares, provocando un incremento de los desequilibrios. “No quiero asustar, pero es preocupante porque el incremento constante de la deuda soberana está provocando que las colas de distribución se estén volviendo cada vez más cortas, lo que sugiere riesgo de estanflación. El incremento de la deuda, la dependencia extraordinaria de la política monetaria y las tensiones geopolíticas disruptivas han dado paso a una situación de Nueva Normalidad. En otras palabras, tenemos menos predictabilidad y más riesgos de cola”, declaró Muzinich.
El análisis de la situación sugiere al veterano inversor la posibilidad de que se desencadenen uno de estos dos escenarios: o bien la ya citada situación de estanflación global y secular, que se prolongue durante mucho tiempo – a la que asigna una mayor probabilidad-, o bien un regreso violento de la inflación. Este segundo caso podría materializarse si finalmente Donald Trump es capaz de aprobar sus promesas electorales, especialmente la reforma fiscal y sus políticas proteccionistas.
Muzinich realiza en este punto una reflexión crítica sobre cuán necesaria es la inflación en el mundo: “Los bancos centrales quieren generar inflación porque hay mucha deuda acumulada y quieren crear la ilusión de que, con mayor inflación, la población sienta que tiene una mayor renta disponible. Desafortunadamente, este es el mundo en el que estamos viviendo”….
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa