Para muchos inversores, la decisión de vender una acción se reduce al movimiento de los precios. Pero una acción que ha caído todavía puede ser una inversión perfectamente sensata. Por el contrario, la venta de una acción que ha subido y dado un considerable beneficio puede ser el movimiento correcto si ha crecido demasiado en proporción al resto de su cartera. Determinar el momento adecuado para vender una acción – el si, cuándo, cómo y cuánto – requiere casi tanta previsión y planificación como decidir cuándo comprar una acción.
Deje que estas siete preguntas sean su guía (vía Dayana Yochim, NerdWallet):
1. ¿He dado a la acción el suficiente tiempo para subir?
El problema de tener acceso sin casi restricciones a los datos del mercado y a las noticias es que es difícil no mirar todo y a todas horas.
Aunque sabemos que las acciones pueden ser volátiles en períodos cortos de tiempo, esto no hace que los inversores sean inmunes a las emociones que provocan malas decisiones. Confundir el ruido del mercado con las noticias que usted debe usar para actuar es uno de los errores comunes que más daño le hacen como inversor. Así, alguna vez se vende cuando tan solo es una corrección temporal.
Ponga el comportamiento de la acción en perspectiva. Si le preocupa su desempeño reciente, compare los retornos de la empresa con su índice de referencia y sus pares durante el mismo período. Un fondo específico negociado en un sector puede servir como punto de referencia. La debilidad de una acción podría ser simplemente el resultado del movimiento general del mercado o una reacción exagerada a las noticias. Pero también podría indicar que hay problemas bajo el capó, en cuyo caso hay el siguiente puñado de preguntas deberían de ayudarle antes de pulsar el botón de venta.
2. ¿Han cambiado las perspectivas de la empresa?
¿Recuerdas todas las razones por las que compraste la acción y las cosas que dijiste cuando te planteaste cuando vender? Apuntar todo eso vendría bien para no deshacerse prematuramente de una inversión a largo plazo perfectamente sana.
Las empresas y los mercados en los que operan están en constante evolución. Algunos retos son más difíciles de superar que otros – por ejemplo, un competidor fuerte comienza a robar una cuota de mercado significativa o la contabilidad de la empresa está en cuestión. Otros acontecimientos no son necesariamente malas noticias a largo plazo. Un cambio de directivos no tiene que significar un cambio total en la manera de dirigir la empresa. El retraso en el lanzamiento de un producto o algunos trimestre débiles no siempre señalan el final de la empresa.
La capacidad de un negocio para adaptarse al cambio dictará si tiene sentido que usted mantenga las acciones o las venda.
3. ¿Hay un lugar mejor donde poner mi dinero?
Aunque el inversor multimillonario Warren Buffett dice que su período favorito de tenencia es para siempre, eso podría no ser realista para el inversor medio.
Considere los costos de oportunidad de mantener la acción. La oportunidad podría ser otra inversión más atractiva o la necesidad de tener dinero en efectivo para un próximo gasto.
En la primera situación, mantener y esperar puede hacerle perder la adquisición de acciones en otra empresa a un precio atractivo. Para lo último, el dinero que necesite en los próximos cinco años no debe invertirse en el mercado de valores. Tal vez usted no necesitaba el dinero cuando compró la acción, pero ahora sí. En ese caso, empezar a vender acciones es una opción viable para ayudarle a evitar la sobreexposición a la volatilidad a corto plazo y verse obligado a vender más tarde en un mal momento.
4. ¿Necesito reequilibrar mi cartera?
Idealmente, usted ha invertido su dinero en varias categorías que se alinean con sus objetivos, horizonte de tiempo y tolerancia al riesgo. Con el tiempo esa mezcla cambiará a medida que algunas inversiones superen a otras, por lo que es necesario volver a poner el mix en línea con su plan de asignación de activos original.
Dos opciones para equilibrar son comprar más de las acciones que se han quedado rezagadas y vender acciones que se han comportado por encima de sus posibilidades. Aunque vender los ganadores por el bien del reequilibrio puede no ser lo mejor, se trata de controlar el riesgo.
5. ¿Cuándo venderé?
La sincronización perfecta de una venta es casi imposible. Ningún inversor puede elegir el momento exacto en el que una acción está en su máximo de ciclo o en su mínimo con fiabilidad. Precipitarse en la venta puede hacerle perder subidas adicionales o cerrar pérdidas evitables.
Una manera de suavizar la transición es emplear el mismo truco que los inversores usan para construir sus carteras en una acción en particular: el promedio del coste en euros. Pero en lugar de invertir dinero durante semanas o meses para construir una posición a precios diferentes – que iguala el precio medio que un inversor paga por la acción – usted vende acciones en diferentes períodos a lo largo del tiempo.
La venta no tiene que ser todo o nada. Si usted piensa que todavía vale la pena mantener la acción pero desea reducir su exposición, venda algunas de sus acciones.
6. ¿Cómo afectará la venta a mis impuestos?
La respuesta depende del tipo de cuenta de inversión que esté utilizando y de cuánto tiempo haya mantenido la acción.
No todas las ventas de acciones generan un pago al fisco. La venta de inversiones perdedoras puede reducir sus impuestos para compensar cualquier ganancia de inversión imponible.
Comience a decidir cuándo vender antes de comprar.
Antes de soltar el dinero para comprar acciones, investigue la acción a fondo y anote lo que le gusta y espere a cosechar los resultados. Al mismo tiempo, establezca las reglas de su venta.
Algunos inversores establecen medidas más formales cuando operan, usando órdenes de stop-loss, para limitar las posibles pérdidas. El establecimiento de directrices por adelantado elimina el estrés de tener que tomar la decisión de venta sobre la marcha.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa