¿Superará China a Estados Unidos? Esta es una pregunta que cada vez se formulan más analistas y con ella se refieren no solamente a la economía, sino a los llamados «poder duro» o militar, y «poder blando» o influencia cultural.
La pregunta ha cobrado más fuerza a partir de la retirada de EE.UU. del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TTP) que agrupaba a 12 países, incluido EE.UU., de ambos lados del océano.
La decisión de Trump de retirarse del TTP ha sido entendida como dejar el paso franco a China en las relaciones con los países asiáticos permitiéndole convertirse en la defensora del libre comercio global como manifestó el Presidente Xi en la última cumbre de Davos.
A su vez China no ha dejado de estrechar relaciones económicas con casi todos los países del mundo destacando tres iniciativas:
- La creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, al que se han adherido 49 países, entre ellos los europeos.
- El proyecto de «nueva Ruta de la Seda», que pretende unir a China con otros países de Asia y Europa a través de carreteras, ferrocarriles y vías marítimas que llegarían hasta Inglaterra y España
- La implicación cada vez mayor de China en el Regional Comprehensive Economic Partnership, un tratado de libre comercio que vincularía a los países de sudeste asiático y a aliados tan importantes de EE.UU. como Japón, Australia, India y Corea del Sur.
Sin duda el crecimiento económico de China ha sido espectacular en las últimas décadas y hoy supera a EE.UU. como primera potencia comercial.
Además la deuda pública china es inferior a la de EE.UU., 4.310.534 millones de euros frente a 17.166.182 millones de euros.
No obstante estas cifras y el ascenso exponencial que hay detrás de ellas, China sigue muy por detrás de EE.UU. en cifras como el PIB, 16.775.770 frente a 10.134.864 millones de euros, y la renta per cápita, 51.917 euros frente a 7.330 euros.
Según el Instituto Elcano, la presencia global de China ha pasado del puesto número 10 que ocupaba en el ranking del año 2000 al número 2 que ocupó en 2016 pero, a pesar de la reducción de su distancia con EE.UU., aún está lejos de alcanzarle.
Fuente: Real Instituto Elcano
Con estos precedentes, importantes instituciones y economistas afirman que China superará a EE.UU. en todos los ámbitos en un futuro próximo, pero estas proyecciones pueden ser desacertadas desde varios puntos de vista.
El principal desacierto de estos pronósticos es que contemplan el desarrollo histórico como algo lineal, lo que pasó se repetirá en el futuro, y no tienen en cuenta las debilidades que tiene China: un alto porcentaje de población muy pobre, dificultades para que continúe su gran expansión económica, un sistema de gobierno que solo se legitima si el crecimiento económico no falla (si falla se pueden producir importantes conflictos dentro del país como ya ocurrió en el siglo XX plagado de fuertes convulsiones internas), un entorno de países que desconfían o le son hostiles (India, Japón, Vietnam…), posibles conflictos bélicos en el Mar del Sur de China y problemas de rebeliones de internas en el Tíbet y en la provincia de Xinjiang de mayoría musulmana.
Nada puede ser tan osado como para decir lo que va a pasar en el futuro pero parece que por mucho tiempo EE.UU. seguirá siendo la primera potencia mundial.
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Por Departamento de Análisis Bankinter
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