Las nuevas leyes comerciales que ha firmado la administración de Donald Trump, y las que están cerca de firmar, amenazan con iniciar una guerra comercial a nivel mundial con consecuencias impredecibles. El economista Guillermo Barba así lo cree, exponiéndolo de la siguiente manera en uno de sus últimos artículos:
Trump ha firmado esta semana -dice que a su pesar-, una ley que impone nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte, e impide que el presidente estadounidense actúe unilateralmente para eliminar medidas restrictivas contra Moscú.
La ley aumenta las restricciones para que otros países hagan negocios con empresas rusas, en especial del sector energético, lo que ha molestado a los gobiernos de la Unión Europea, ante la posibilidad de eventuales sanciones por apoyar proyectos de gasoductos desde Rusia.
Días antes, la Comisión Europea hizo un pronunciamento en el que señaló que “si las preocupaciones de la UE no son tomadas suficientemente en cuenta, estamos preparados para actuar consecuentemente dentro de unos días”.
Como ya le hemos comentado en Top Money Report (TMR), Estados Unidos se está aislando cada vez más, dejando huecos de poder en el mundo que están siendo llenados por otras potencias que se están aliando, en especial, China, la propia Rusia y Alemania, que no tienen por qué dejar de comerciar entre ellas. Todo lo contrario.
Esto es parte de los síntomas de la decadencia del poder americano, y que con este tipo de medidas cava más profundo la tumba de su liderazgo mundial.
La respuesta de Rusia no se ha hecho esperar. El primer ministro, Dimitri Medvédev, publicó en su página de Facebook que “cualquier esperanza de mejorar nuestras relaciones con la administración de EU se ha terminado. Segundo, EU declaró una abierta guerra comercial con Rusia.” Tiene razón, pero no es el único frente.
Diversos medios han informado que la Casa Blanca está considerando castigar a China por su laxitud en materia de propiedad intelectual, y por obligar a compañías americanas a compartir su tecnología a cambio de acceso a su gran mercado. Esto planea hacerse mediante la invocación de una muy pocas veces utilizada Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, que permite a Washington investigar las prácticas comerciales desleales e imponer sanciones, incluidos aranceles y cuotas. Indagatorias de este tipo no han llevado a la imposición de castigos desde la fundación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1995.
Las sanciones a Beijing también alcanzarían al acero y el aluminio chinos por prácticas de ‘dumping’.
Dicho de otro modo, EU abrirá otro frente más en su guerra comercial, ahora contra el gigante asiático.
¿Se quedarán cruzados de brazos en China? Puede apostar a que no, y de hecho, ya han anunciado que preparan las medidas de contraataque necesarias.
Sólo el tiempo dirá si esa misma aversión contra aquellas naciones la mantendrá Trump contra México en la renegociación del TLCAN. En TMR, consideramos que sí, y que en todo caso, el resultado NO será un acuerdo más abierto, sino más cerrado, y por tanto, peor que el que tenemos hoy
Lo que no sabe o no quiere entender el señor Trump, es que se está disparando en la cabeza. El consumidor estadounidense -personas y empresas- será el más perjudicado, ya que su nivel de vida y competitividad se van a deteriorar con el aumento de precios que provocarán por las barreras comerciales, que buscan precisamente encarecer los bienes para reducir su consumo y con ello, su déficit comercial.
Pensar que eso llevará de regreso miles de empleos a EU e impulsará el crecimiento, es simplemente una falacia que a largo plazo, será un clavo más en el ataúd del dólar.
En fin, una ‘guerra comercial mundial’ se asoma a la puerta, y lo peor, es que la historia nos da lecciones de cómo esa cerrazón termina conduciendo a conflictos armados en el que todos pierden. Ojalá estas voces de advertencia se tomen en cuenta, y no se siga avanzando por el camino equivocado.
Carlos Montero