El euro alcanzó máximos de dos años con el dólar y el franco suizo, además está muy cerquita de los máximos anuales con la libra esterlina.
El motivo es de sobra conocido: los inversores siguen apostando por una política monetaria más estricta del Banco Central Europeo y ello es debido a que la economía mejora, como así lo reflejan los datos de PMIs preliminares del mes de julio, que si bien se moderan ligeramente, se mantienen en niveles sólidos, tranquilizando también el fortalecimiento que registraba el IFO de confianza empresarial de Alemania.
Además, en el Viejo Continente, el trimestre en cuanto a resultados empresariales sigue a buen ritmo, aunque no tanto como el trimestre anterior. El crecimiento del beneficios por acción (BPA), sin considerar energía, se sitúa en el 7-8%.
A todo ello hay también que sumar que el evento importante en lo que resta de año, concretamente en el mes de septiembre con las elecciones en Alemania, parece que no traerá sorpresas (los sondeos dan una victoria a Merkel con el 40%).
Por tanto, todos estos motivos expuestos explican por qué la divisa comunitaria se encuentra tan fuerte frente al resto de monedas, ya que los inversores siguen apostando por una política monetaria más estricta del Banco Central Europeo, lo que implicaría que el final del programa QE estaría cerca mediante un desmantelamiento gradual y progresivo (tapering), hecho que beneficiaría al euro.
Pero centrémonos en el cambio euro/dólar, que es el que más interesa a los inversores en general.
Acabamos de ver las razones por las cuales el euro está fuerte y seguirá estándolo. Pero es que el dólar también tiene razones para estar débil, sobre todo dos.
Por un lado, la reforma sanitaria prometida por Trump para derogar el Obamacare (la reforma del ex presidente Barack Obama) volvió a fracasar, socavando la credibilidad del inquilino de la Casa Blanca en cuanto a poder llevar a cabo las reformas estrellas que prometió en campaña electoral, entre ellas la gran bajada de impuestos (en sus propias palabras «la mayor rebaja de impuestos en la historia de USA»). Y es que esta medida es la que implicaría una mayor repercusión en el tema de la inflación.
Por otro lado, y al hilo de lo indicado de la inflación, la Reserva Federal se ve obligada a variar el discurso en cuanto a subidas de tipos de interés (hecho que favorecería al dólar). No es que no los vayan a subir más, sino que han de echar un poco el freno, entre otras razones porque no se creen que la economía del país pueda crecer a niveles del 3% tal y como espera Trump, desconfiando que sea capaz su Gobierno de lograrlo mediante reformas fiscales.
Así pues, motivos para que el euro esté fuerte y motivos para que el dólar esté débil. Esto es lo que se conoce como sinergias, una palabra que procede del griego y que significa cooperación, un concepto utilizado para nombrar a la acción de dos o más causas que generan un efecto superior al que se conseguiría con la suma de los efectos individuales.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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