Veamos una serie de factores que en principio podrían apoyar una visión alcista del oro para un futuro cercano.
Recesión.
El oro ofrece una excelente cobertura frente a situaciones de incertidumbre y crisis económica. Los tipos negativos son la consecuencia de un entorno de bajo crecimiento, baja inflación y volatilidad en el mercado financiero. Como consecuencia del cambio en la política monetaria por parte de algunos de los mayores bancos centrales se ha incrementado la compra de metal por parte de los inversores anticipando un más que doloroso desenlace a las políticas expansivas actualmente en marcha. Es posible que los tipos negativos vayan muchos más allá y que como ha indicado el Gobernador del Banco de Japón no existen límites a la política monetaria. Mientras tal situación continúe muchos inversores ven en el oro un seguro frente al desastre.
Aplanamiento de la curva de tipos.
El impacto de los tipos negativos sobre el oro debe ser entendido en línea con el sentimiento frente al riesgo en el mercado. La aversión al riesgo es lo que mueve al mercado. Cuando el sentimiento es alto el dinero se mueve hacia bonos americanos a largo plazo. El aplanamiento de la curva, es decir, el diferencial entre los Bonos a 2 y 10 años es apenas de 100 puntos básicos, lo cual en términos históricos es muy reducido y hace presagiar problemas en un futuro cercano, lo cual apoya la idea de inversión en oro. La última vez que ocurrió algo parecido en el 2008 desencadenó una importante fase alcista en el precio del metal.
Costes de oportunidad
Tradicionalmente, los tipos altos han actuado como un freno para muchos inversores en cuanto a incrementar sus inversiones en metal al incrementar el coste de oportunidad. Los inversores tenían que asumir el coste de almacenamiento y financiación frente al rendimiento ofrecido por los bonos del gobierno. En un entorno de rentabilidades de los bonos negativas ese coste de oportunidad desaparece.
Efectivo
Una de las intenciones detrás de la política de tipos negativos es penalizar el ahorro reduciendo sus niveles. Como consecuencia, individuos y empresas son obligados a invertir y gastar buscando con ello estimular la economía e incrementar las expectativas inflacionarias.
Esto puede ser complicado de llevar a la práctica, especialmente para grandes empresas e individuos acaudalados por lo que el oro se mantiene como una sólida alternativa de refugio.
La opción es comprar lingotes. Es mucho más fácil de almacenar, duradero y de transportar. Los particulares están comenzando a moverse más allá de mantener su liquidez en casa y están comenzando a invertir en oro y metales preciosos a través de las diferentes opciones disponibles en el mercado.
Oro y dólar
El oro actualmente se está beneficiando de un periodo de riesgos crecientes. Los mercados en ocasiones han pasado por periodos de elevada incertidumbre sin que ello se haya visto reflejado en ganancias de precios para el oro. La razón puede deberse al mercado de bonos y divisas. En línea con la debilidad del mercado de acciones, el mercado de bonos americanos se ha debilitado en rentabilidad. En periodos previos de tensión en los mercados, el capital se dirigía siempre hacia bonos americanos impulsando de paso al dólar. Esto pesaba sobre el oro y explicaba por qué caía, a pesar de la mayor aversión al riesgo de los inversores.
Divisas
Los tipos negativos pueden ser usados como herramienta para debilitar las monedas domésticas. La teoría económica dice que los países con tipos negativos y sus monedas sufren la presión de aquellas monedas que ofrecen algo de retorno. Si los tipos negativos no están consiguiendo el objetivo de la depreciación monetaria, las autoridades monetarias tienen la alternativa de intervenir de forma directa para devaluar su moneda. Este riesgo convierte al oro en un atractivo puesto que no depende de ningún tipo de intervención gubernamental.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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